La resignificación del 25 de mayo: La participación política de los sectores populares y el legado del gobierno Kirchnerista
25 de Mayo, una fecha que refleja la voz y el protagonismo de las mayorías y la participación social
En cada rincón del país, los corazones se llenan de orgullo nacional cuando se acerca una fecha patria. Estos momentos de conmemoración no solo son oportunidades para festejar nuestra historia y cultura, sino también para reflexionar sobre la importancia de la soberanía y transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de la libertad nacional y los derechos adquiridos. Estas celebraciones nos conectan con nuestro pasado y nos invitan a reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos como sociedad, nos recuerdan que la independencia y la autodeterminación son derechos inalienables que debemos preservar y defender. Es a través de la conmemoración de estos eventos históricos que se fortalece nuestro sentido de identidad nacional y se fomenta el amor y respeto por nuestra tierra y cultura.
El 25 de mayo de 1810 marca el inicio del proceso de independencia de Argentina respecto del dominio español. En la ciudad de Buenos Aires se produjo el derrocamiento del virrey español Cisneros y el establecimiento de un gobierno provisional conocido como la Primera Junta, donde se sentaron las bases para la construcción de una nación libre.
Sin embargo, el 25 de mayo ha experimentado una profunda resignificación en las últimas décadas, gracias a la participación política de los sectores populares durante los gobiernos encabezados por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, en los que se generaron contextos de mayor movilización y participación social, marcando una bisagra en la historia socio-política que atravesaba el país, con un impacto trascendental en la situación de crisis extrema que se vivía entonces. El compromiso con la justicia social, la redistribución de la riqueza y la defensa de los derechos de los sectores más vulnerados de la sociedad, fueron los valores embanderados. A través de políticas inclusivas y una mayor inversión en áreas como la educación, la salud y la vivienda, se implementaron mejoras en las condiciones de vida de la población y redujeron la brecha de desigualdad.
Multitudes de partidarios y simpatizantes colmaron este 25 las calles aledañas a la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada de gobierno y mucho más de un barrio fue copado por la convocatoria, dando el apoyo a la construcción ideológica y emocional del Kirchnerismo, al modelo de país Soberano y Popular que proponen y pidiendo a CFK que vuelva a ser candidata en las próximas elecciones presidenciales que se realizaran este año, a pesar de su negativa por las imposibilidades y limitaciones ajenas a su voluntad.
Considerando que uno de los legados más importantes de los gobiernos Kirchneristas fue el impulso a la participación social y la apertura de espacios para la expresión y organización de los sectores populares, la Plaza de Mayo volvió a ser escenario de encuentro.
Hoy podemos concluir que el 25 de mayo se ha resignificado como fecha patria, porque la conmemoración de la independencia no puede separarse de la lucha por la justicia social, la inclusión y la igualdad de oportunidades.