La sismicidad inducida en Vaca Muerta
Está demostrado que la actividad petrolera puede desencadenar sismos, y esto ocurre en Argentina. Especialmente en la cuenca que conocemos con el popular nombre de Vaca Muerta y relacionado a la práctica de la fracturación hidráulica, o fracking.
Este mapa contiene 306 sismos identificados (a fecha 15 de mayo de 2023) por diversas fuentes (principalmente el Instituto Nacional de Prevención Sísimca y por Red Geocientífica de Chile). Los datos del INPRES corresponden tanto a aquellos públicos volcados en su web como a información no pública de sismos de magnitud menor a 2.5. También cuenta con la posición de los pozos de hidrocarburos que han practicado más de 10 etapas de fractura hidráulica (pequeños círculos negros, fuente Secretaría de Energía de la Nación).
Aún considerando las imprecisiones de las mediciones debidas al déficit de instrumental de medición en la zona (falta de sismógrafos), la profundidad media de los sismos potencialmente inducidos, es de 6 km; cuando la profundidad media de fracturación de los pozos de fracking es de 3.3 km. El primer sismo registrado de este tipo es de 2015 (periodo incial de la indústria del fracking en la zona), el segundo de finales de 2018 (inicio del periodo intensivo del fracking).
Por comparación, la profundidad media de los sismos de la cordillera neuquina, aquellos debidos a causas naturales y no representados en este mapa, es de 96 km. El primer sismo registrado de este tipo es de 2004
Está corroborada la ocurrencia de terremotos debido a la fuerte alteración artificial del sustrato geológico, es decir, la sismicidad inducida o disparada por la acción industrial, en particular aquella vinculada a la actividad hidrocarburífera. Esto no implica que la sismicidad suceda indefectiblemente en zonas con pozos de petróleo o gas, pero como presentamos en este documento, múltiples factores ponen en evidencia su presencia en la cuenca Neuquina, conocida hoy en día popularmente como Vaca Muerta, en Argentina. A pesar de estas pruebas, las administraciones estatales no han tomado las debidas medidas al respecto
Vaca Muerta es la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de este tipo de crudo” es una afirmación, ya convertida en eslogan, que surge de la Administración de Información Energética de los Estados Unidos de América (US-EIA, por sus siglas en inglés) (US-EIA, 2021), el organismo de estadística y de análisis del Departamento de Energía de los Estados Unidos. La cuenca nuequina, gracias a su formación Vaca Muerta, es una cuenca con un fuerte desarrollo de los hidrocarburos no convencionales que recibe importantes incentivos productivos del estado
Estado argentino (Ley 27.605) y grandes inversiones de capital, sumado al hecho de que trabaja con una expansión constante de las fronteras tecnológicas y productivas.Entonces, ¿por qué deberíamos suponer que aquello que sucede a escala global, es decir, la presencia habitual de la sismicidad inducida en los campos de fracking (Atkinson, 2016; Magnani, 2017), no sucedería también en esta cuenca argentina?.
Vaca Muerta es el nombre con el que se conoce a la región de la Patagonia norte argentina donde se está desarrollando la industria del fracking. Y también es el nombre de la principal formación geológica de tipo shale del subsuelo, perteneciente a la cuenca hidrocarburífera neuquina que se extiende por los territorios de las provincias de Neuquén, Río Negro, Mendoza y La Pampa.
SISMICIDAD INDUCIDA:
La respuesta es que sí podemos conjeturar qué sucede. Y para evidenciarlo se puede responder el cuestionario de Davis:
1) Estos eventos son los primeros conocidos con tales características en la región?
SÍ
2) Existe una correlación directa entre la inyección y la sismicidad?
SÍ
3) Se encuentran los epicentros cercanos a los pozos dentro de un radio de 5 km?
SI
4) Los hipocentros son cercanos a la profundidad de los pozos?
SÍ
5) En caso negativo ¿se conoce la existencia de estructuras geológicas que puedan haber canalizado el flujo al lugar del epicentro?
SÍ
6) Son suficientes los cambios en la presión de los fluidos en el fondo de pozo para incentivar la sismicidad?
SÍ
7) Son suficientes los cambios en la presión de fluidos en la zona del hipocentro para incentivar la sismicidad?
SÍ
Las respuestas afirmativas se fundamentan en la información disponible de localización y profundidad de epicentros e hipocentros en la zona de Vaca Muerta, que se puede consultar en la web del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) de Argentina. En los últimos cinco años, se registraron más de 80 sismos mientras que no se había declarado actividad sísmica antes de 2015, es decir, antes del inicio del fracking en la zona.
Es común observar cómo en distintos ámbitos del discurso público, Neuquén (donde se concentra el grueso de la actividad de Vaca Muerta) es presentada como una “provincia sísmica” (con actividad sísmica natural), intentando justificar así los movimientos ocurridos en las zonas aledañas a la cuenca hidrocarburífera. Neuquén corresponde a una división administrativa, no geológica, y su catalogación como provincia sísmica se debe a la actividad tectónica de su sector andino, occidental, que está vinculada a los procesos activos de las interacciones entre las placas de Nazca y Sudamericana o a sistemas volcánicos.
Sin embargo, su sector estepario extrandino y oriental, que es lejano de la subducción oceánica, y donde se concentra la actividad hidrocarburífera, no tiene casi actividad sísmica. Incluso, según el propio INPRES, está situado en la frontera entre los sectores de “actividad sísmica reducida” o “muy reducida” (las dos categorías de menor magnitud definidas por el ente nacional). Así, la sismicidad propia de Neuquén nada tiene que ver con la observada en Vaca Muerta, como queda demostrado.
DATOS
Se hace referencia al trabajo de Vásquez y otros (Vásquez, 2020) y a la bibliografía allí citada para aquello relativo a los detalles geológicos y estructurales de la región. En lo relativo a la inyección de fluidos, un valor alto citado por Weingarten y asociado a la sismicidad inducida es de 50 mil m³/mes (pozos sumideros). Si se traslada este valor a la fracturación hidráulica en Neuquén, consultando los datos de la Secretaría de Energía se observa que es excedido en un orden de magnitud (>500 mil m³/mes) cuando se considera la acción conjunta de pozos muy cercanos, de la misma locación productiva, separados apenas por escasos ocho metros de distancia.
Su conclusión es que esta nueva dinámica sísmica, inexistente con anterioridad a la llegada del fracking, tiene una estrecha relación con este tipo de extracción. Aunque su estudio no analiza la relación entre ambos factores, reconoce que parece no haber otra explicación aparente, en la línea del trabajo de Magnani (2017). Como indica Davies (2013), nada hace suponer que el comportamiento de la progresión en magnitud de los eventos sísmicos sea distinto en aquellos artificiales respecto de los naturales. Es decir, cada cierta cantidad de sismos de una magnitud es previsible la ocurrencia de un sismo de magnitud mayor, en una proporción aproximada de 10 a 1.
Por lo que cuantos más sismos se registran, más probabilidad hay de que ocurra uno de cierta importancia. Esto se evidencia en el caso de Vaca Muerta, donde se cuentan cuatro sismos de magnitud mayor a 4 ML, y cerca de 40 de magnitud mayor a 3 ML (INPRES). Al margen de los déficits de la red sismográfica para el monitoreo de la región, los eventos de mayor magnitud son los que pueden ser identificados más fehacientemente. Por ello, que se puede considerar su registro como válido, como se ha demostrado en los antecedentes bibliográficos, y es por ello también que múltiples agencias son capaces de registrarlos, como los cinco sismos identificados por el Servicio Geológico de los Estados Unidos desde 2015 (USGS, por su sigla en inglés). Por la misma lógica de la progresión de la cantidad de sismos según su magnitud, se debe suponer que los de menos a 2.5 ML, no disponibles en la fuente del INPRES, serían cerca de 400.
RESPUESTAS
Esta situación se agrava por la falta de políticas de prevención por parte de la administración pública y las empresas, a pesar de contar con un registro fehaciente de la actividad telúrica reciente. Cabe preguntarse, entonces, qué capacidad de respuesta tienen las empresas ante la eventualidad de incidentes derivados de los temblores. Pero no se trata solo de la capacidad de respuesta, sino también de la responsabilidad misma de las acciones sobre estos incidentes. Además, importa indagar cuán fiable es la estanqueidad de las formaciones geológicas y de las estructuras impermeables en las que se inyectan fluidos nocivos (pozos sumideros y de fracking) ante la acción de los sismos. En respuesta a estos planteos, otras naciones han establecido márgenes de tolerancia sobre los sismos observados cerca de zonas donde se realizan trabajos de fracking. Un criterio general en la industria es el de parar las actividades ante la sospecha de estar disparando terremotos de magnitud superior a 1.5 ML.
En el Reino Unido, las actividades se paralizan temporalmente con sismos de magnitud superior a 0.5 ML (BBC, 2019), si bien este es un criterio conservador en su contexto. ¿Cuál es el criterio en Argentina tras cerca de cien sismos de magnitud superior a 2.5 ML?
Se observa en Argentina una tendencia generalizada a desvincular la ocurrencia de los sismos de las actividades de la industria hidrocarburífera. Esto es visible en los titulares de los principales medios de comunicación, en las declaraciones de profesionales, instituciones y corporaciones del sector y por parte de la misma administración. Puede deberse a un desconocimiento de la materia o a un ocultamiento activo de esta realidad. Pero aunque las causas de esta tendencia puedan ser distintas, las consecuencias son las mismas y de notable gravedad. Es imperioso, entonces, atender a esta problemática con la mayor celeridad posible.