La legalización del aborto, un hito en la lucha por la ampliación de derechos
Argentina cuenta desde hoy con una ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que amplía los derechos de las mujeres y garantiza su atención en el sistema público de salud, después de una extensa lucha de los colectivos feministas que terminó en histórica victoria tras 12 horas de debate en el Senado.
Impulsado por el presidente Alberto Fernández en sintonía con una promesa de campaña, el proyecto fue sancionado en la cámara alta con el voto de 39 senadores y el rechazo de 29, lo que convirtió a la Argentina en uno de los primeros países de América latina en disponer de una ley de este tipo.
Hasta hoy, existía una legislación de vigencia centenaria que exponía a las mujeres que acudían al aborto a una condena de cárcel y sólo permitía la interrupción de los embarazos en casos de violación o de peligro de vida para la persona gestante.
Ahora, con la normativa lograda, las mujeres podrán interrumpir un embarazo hasta la semana 14 sin temor de ir a prisión y el sistema de salud pública deberá garantizar la cobertura de la intervención de manera gratuita.
El aborto legal se convirtió en ley luego de una maratónica sesión del Senado que empezó ayer, se extendió durante 12 horas, y que fue seguida por miles de manifestantes y colectivos de mujeres de todo el país.
El Presidente Fernández celebró la sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que, juzgó, convierte a la sociedad argentina en una que “amplía derechos a las mujeres y garantiza la salud pública”.
La sanción fue celebrada también por la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, quien dijo que se trata de la respuesta a una “demanda histórica” de las mujeres y luego de que en 2018 el colectivo feminista hubiera quedado con un “sabor amargo” por la derrota legislativa en el Senado.
“Esto es un logro de muchas décadas, de muchas mujeres, y hoy la política se hizo cargo de esta demanda”, expresó, por su parte, la secretaria legal y técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, en una improvisada conferencia en el Congreso minutos después de la sanción.
En tanto, medios de todo el mundo reflejaron en sus portadas la sanción del proyecto en Argentina y destacaron que la instauración de la nueva ley “abre un camino en América Latina”.
La cadena estadounidense CNN calificó de “histórica” la sanción de la norma y destacó la “gran victoria para los defensores del derecho al aborto en el país de mayoría católica”, mientras el diario español El País remarcó que se “abre un camino en América Latina”.
Por su parte, el diario El Universal, de México, reflejó el hecho “histórico” a través del cual Argentina se “se une a Uruguay, Cuba y Guyana, los únicos países de América Latina en donde el aborto es legal”.
La transversalidad de este proyecto, que dividió a las dos principales fuerzas políticas del país pero en general a toda la sociedad, transformó a esta norma en una de las pocas que logró trascender la llamada “grieta” que divide a los argentinos en materia política.
En la oposición, la sanción de la ley significó una derrota interna para los “celestes” de Juntos por el Cambio, una mayoría dentro del espacio, y sumó otro sinsabor para el expresidente Mauricio Macri, que hasta último momento llamó a sus aliados a “no ser funcionales” al Gobierno.
Los intentos del exmandatario por convencer a los “verdes” de Juntos por el Cambio fracasaron, y la sanción fue entendida como una victoria de la alianza gobernante Frente de Todos que había impulsado la iniciativa y que en los últimos días había salido a buscar los votos uno por uno.
La indefinición de algunos senadores que mantuvieron en reserva su posición hasta el último minuto hizo que la sesión fuera una de las que mayores expectativas concitara no sólo en la opinión pública sino en el resto de los países de habla hispana.
Pocas leyes como esta -con excepción de la referida a la resolución 125 de retenciones agropecuarias, en 2008- llegaron al recinto con un resultado tan incierto al punto de que se especulara con que la vicepresidenta y titular del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, pudiera llegar a desempatar.
Al igual que durante la sesión de la Cámara de Diputados, que el 11 de diciembre había votado a favor por 131 contra 117, el debate del Senado, que terminó 38 a 29 -más una abstención-, fue seguido desde los palcos por diversas personalidades de la política y el gabinete.
Tras la sanción de la norma sobre el aborto, el Senado aprobó además por unanimidad el proyecto de Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia, conocido también como el Plan de los 1.000 días.
Los festejos siguieron en la calle, en las inmediaciones del Congreso y hasta en otros barrios porteños con bocinazos de automóviles que circulaban en horas de la madrugada.