La estación Callao del subte D agregará el nombre de Raquel Liberman

La diputada María Patricia Vischi presentó un proyecto de Ley para agregar el nombre de Raquel Liberman, una de las pioneras de la lucha contra la trata de mujeres, a la Estación Callao de la linea D. Raquel fue una inmigrante de origen polaca que expuso ante la justicia la explotación sexual de una de las mafias proxenetas mas grandes de la historia argentina.

Raquel Liberman es la inmigrante polaca que destruyó a la Zwi Midgal, organización mafiosa judía que manejaba el negocio de la trata y la prostitución en el país. El proyecto para agregar su nombre a la estación Callao fue debatido por la Legislatura porteña en audiencia pública.

El programa televisivo “Argentina, tierra de amor y venganza”, fue una superproducción para TV de la empresa Polka donde M. Eugenia Suarez interpretó el papel de la prostituta polaca Raquel Liberman. Personaje real de una parte de nuestra historia que adquiere una importancia trascendental en la lucha de las mujeres por sus derechos en nuestro país.

Aldo Moretti (Gonzalo Heredia) es un estafador que aprovechando la crisis en España, comienza a realizar viajes y traer mujeres inmigrantes a la Argentina. Obviamente engañadas para luego explotarlas. El personaje que interpreta Suarez, con una fisonomía y lenguaje alejado de la verdadera, intenta exponer la resistencia que Raquel opuso al sistema de oprobio que la tuvo cautiva

La verdadera Historia

Ruchla Laja Liberman

Nació en Berdychiv (actual territorio ucraniano) y al poco tiempo se trasladó a Varsovia,Polonia. La vida era muy dura en los países más pobres del viejo continente a principios del siglo pasado; la marginalidad actuaba como moneda de cambio y cualquier posibilidad de escape era vista como tentadora.

Ruchla, como tantas otras jóvenes judías de Polonia, lo hace a la Argentina. Está casada con otro polaco, Yaacov Ferber, quién emigra a nuestro país en primer lugar. Su esposa lo sigue tiempo después, con sus 2 hijos pequeños, y toda la familia se reúne y dirige a Tapalqué en la provincia de Buenos Aires. En ese pueblo vive su cuñada Elke, quien dirige un negocio de lotería que oficiaba de prostíbulo, regenteado por ella misma.

Al poco tiempo Yaacov muere de tuberculosis. Ruchla, que para ese entonces ya era Raquel (los inmigrantes solían castellanizar sus nombres) dejó a sus hijos al cuidado de su familia en Tapalqué y se instaló en Buenos Aires. Está dispuesta a ganarse la vida como sea. La prostitución es una marca de época para estas mujeres venidas del hambre europea y con una vulnerabilidad sostenida en su dificultad con el idioma y una educación reducida a solo labores manuales.

Las mafias se movían por todo Buenos Aires. Los había de todos los orígenes, Italianas, españolas, judías etc. La organización, de origen judío- polaca, Zwi Migdal pasó a ser una enorme asociación delictiva dedicada a la trata de blancas. De la explotación de aquellas mujeres traídas con engaños o no, hizo su estrella y su propia cruz.

Lo hechos comprobaron que importaban adolescentes de Europa, todas pobres, marginadas, fabricando matrimonios a distancia, so pretexto de generar un dinero para en un factible regreso.  Así, con ilusión de ayudar a sus familias, las precipitaban a una tragedia. Les inventaban una vida prospera y pacífica que se caía con tan solo poner un pie en suelo argentino.

La Zwi Migdal

Nació con otro nombre, se llamó Sociedad Israelita de Socorros Mutuos Varsovia. Organizaba algunas actividades sociales, como muchas de las entidades comunitarias instaladas en el país, y contaba con una pomposa sede en la Avenida Córdoba 3280.

Desde su creación en 1906, mantuvo su nombre hasta que se vio obligada a cambiarlo, debido a la exposición de sus conductas delictivas. Estas provocaron un feroz conflicto con la parte honrada de la colectividad. La tensión se cortó por lo sano y la Zwi, fue expulsada de la misma. Se la consideró una vergüenza para el buen nombre y honor de aquellos judíos que la conformaban.

Esto marcó un quiebre insalvable. Sobre todo marginó a este grupo, que intentaba lucrar con una actividad delictiva de manera ostentosa. Fueron fuertemente despreciados por los sectores ortodoxos de su misma comunidad.

Se considera que fueron alrededor de cuatrocientos socios-rufianes los que conformaban su mundo. Las chicas eran esclavas sexuales y fueron obligadas a trabajar en condiciones de vida deplorables. Explotadas sin cuidados, dedicaban toda su existencia a servir a clientes que atiborraban los prostíbulos.

La casa central estaba en Lavalle y Junín en el barrio de Once. El mito dice que las jóvenes atendían de 50 a 70 clientes diarios. Solo se sabe que las jornadas eran de doce horas. Sin embargo de lo que no cabe duda es que pasaban de cliente en cliente sin ningún miramiento por su salud.

En esos años la prostitución era una actividad legal y reglamentada. No así la trata de blancas. Esto no constituyó de ninguna manera una garantía laboral para las trabajadoras explotadas

Los burdeles se aprovechaban de esta situación e instalaron una abuso extorsivo de las allí rehenes. Las chicas, las que habían llegado engañadas y las que sabían a qué venían, no pudieron jamás  imaginar  las condiciones de vida a las que fueron expuestas.

El comienzo del fín

Raquel Liberman trabajó durante varios años en estas condiciones aunque su trato, sea por su belleza o su carácter, tuvo características preferenciales al resto. Eso le permitió tener mayores porcentajes en las tareas y durante seis años, ahorró dinero a escondidas para comprar su libertad. Lo logró con la complicidad de un cliente que se ofreció a hacerlo para, supuestamente, su propio prostíbulo en Mendoza. El tratante de la Zwi Migdal aceptó, y Liberman cerró la compleja operación en la suma de 1500$.

Con lo que le que quedaba de sus ahorros, compró un local en la calle Callao. Pero, finalmente fue detectada por la Zwi y comenzó a ser acosada y amenazada.La intención era para evitar se constituya en un ejemplo a seguir por sus compañeras de burdel. La Zwi Migdal envió a un rufián (José Salomón Korn) para engañarla con promesas de matrimonio; este logró su cometido y Raquel se casó con él. El nuevo esposo la estafó sin ningún reparo. Le robo 60 mil pesos e inmediatamente compró una casa que convirtió en Burdel. Korn era más de lo mismo.

El brazo de la Zwi Migdal parecía extenderse otra vez hasta tocarla. Raquel quedó nuevamente en la calle, pero decidió que su única posibilidad de sobrevivir era buscar algo que jamás había conocido, la justicia. Fue una lucha que nadie imaginó sería capaz de seguir hasta las últimas consecuencias. La ambición y la impunidad perdieron a la Zwi Migdal. Subestimaron a una mujer con determinación y cansada de sus vejaciones. El machismo en su expresión más absoluta y depredadora, no podía ni considerar una derrota en manos de una prostituta polaca y ex empleada  

La mujer reclamó a la Zwi, por su dinero perdido en manos de su esposo espía. Los 60 mil pesos eran su boleto de escape. Denunció entonces la estafa, pero nadie creyó que la fueran a escuchar. ¿Quién le prestaría atención a una prostituta polaca, denunciando a un proxeneta de la Zwi? ¿Qué investigación no se podría detener con una oportuna e interesante suma de dinero?

Justicia impensada

El comisario Julio Alsogaray de la comisaria 7ma.de la Ciudad de Buenos Aires y con fama de incorruptible, la escuchó. Estaba hacía tiempo detrás de la organización, sin obtener resultados efectivos. Siempre chocaba contra el mismo muro de complicidades, por lo que deicidió aliarse a Raquel y seguir adelante y juntos. Encontraron eco en un juez honesto, el magistrado Manuel Rodríguez Ocampo. Raquel declaró todos los maltratos, vejaciones, traslados y estafas que sufrió durante su larga y penosa relación con la Zwi. El magistrado ordenó la detención de todos los implicados en su declaración.

El Diario La Prensa y la Agencia de Noticias Di Presse, hicieron su parte al llevar a cabo una amplia cobertura periodística que masificó el conocimiento sobre el tema. Instalada en la mirada popular, la causa se constituyó en su seguro de vida.

El país estaba sufriendo profundos cambios. En 1930, el presidente Hipólito Irigoyen fue derrocado por una facción militar de extrema derecha que encabezó un golpe cívico militar e instaló una dictadura. Su mirada sobre el orden moral sería distinta, más conservadora y menos tolerante, teniendo muy presente los intereses en juego y que imagen querían construir de sí mismos.

El General José Félix Uriburu era la cabeza de un régimen político corrupto y fraudulento que manejó el poder por más de una década. Esto posibilitó la recuperación de parte del poder de la alicaída por entonces, Iglesia Católica. En este nuevo escenario, la Zwi Migdal no tenía lugar, y había que silenciar su rol protagónico.

Cae un Imperio

Raquel comenzó sólo reclamando su deuda y terminó denunciando y describiendo el funcionamiento de la red. La Zwi Migdal no pudo resistir. Los tiempos habían cambiado. El juez ordenó 108 detenciones, aunque finalmente casi todos quedaron libres y sólo dos fueron condenados, un par de años después.

Pero las circunstancias hicieron que el imperio se cayera a pedazos. La opinión pública disfrazaba de moralista su actitud antisemita, muy acorde a los tiempos y a la mirada de los usurpadores del orden democrático. De todas maneras, la suerte estaba echada y mediante una ley, la prostitución fue finalmente proscrita en 1936.

Raquel no llegó a verlo, murió el año anterior. El impacto de las noticias y el sensacionalismo le dieron una gran repercusión a este caso. Pero los negocios son negocios para un régimen que de ninguna manera estaba dispuesto a complicar a sus aliados civiles, así fue que mantuvo tolerancia con otras redes, las que siguieron ejerciendo y manejando el negocio en todo el territorio de la república.

Con su denuncia y su convicción para la lucha, Raquel provocó la caída de la Zwi MIgdal. Fue una consecuencia no planificada, pero fueron varios los factores históricos políticos que se unieron para que esto sucediera. La propia colectividad tuvo acciones concretas contra estos proxenetas y cuando la opinión pública los juzgó, se quedaron sin respaldo y obviamente fueron el fusible de una situación que continúa dando chispazos de maldad y explotación hasta nuestros días.

Cementerio de “IMPUROS”

Dada la marginación a la cual fueron sometidos, tanto los explotadores como sus explotadas, sus paisanos los clasificaron como “impuros”. Tras ser denominados de ese modo y por imposición de los religiosos que regían las normas del culto judío en el país, la Zwi Migdal se vio obligada a tener un cementerio propio. Ese fue el único lugar donde pudo enterrar a sus muertos.

 La Zwi Migdal financiaba no sólo este lugar, sino que también importaba sus propios rabinos y construía sus sinagogas. Llegaron a controlar unos 2000 prostíbulos en todo el país, con unas 30.000 mujeres a sus órdenes y moviendo una cifra de dinero incalculable. Avellaneda ganó así, una triste fama, en el contexto de un régimen político conservador y corrupto que lo permitió. Alii reinaba como intendente y jefe del Partido Conservador de la provincia, Don Alberto Barceló. Sin su complicidad política, la Zwi jamás hubiera podido desarrollar sus actividades, al menos en esa magnitud.

En 1906 inauguraron su cementerio. Más de 2000 hombres y mujeres encontraron un lugar donde ser enterrados. Hoy este cementerio está en estado de abandono y semi saqueado por el valor de sus lapidas y plaquetas. Estas sobresalen por sus tamaños y por sus simbólicas estrellas de David.

Se encuentra adyacente al Cementerio Israelita de Avellaneda, ubicado en la Avenida Crisólogo Larralde al 4100, en el barrio de Villa Domínico. El silencio lo recorre como una vergonzosa ceremonia póstuma.

Hoy el cementerio de impuras, es una rareza poco vista en todo el mundo y el primero que tuvieron los judíos en Buenos Aires. Esta administrado por la Asociación Comunidad Israelita Latina, y sellado para evitar ser prueba viviente de una historia vergonzosa.

Un poco de historia

En 1875, se declara por primera vez a la prostitución actividad legal en la Ciudad de Buenos Aires. La inmigración entre los años 1853 y 1930, trajo al territorio a unos 6.000.000 de personas. Los hombres eran los más privilegiados a la hora de obtener trabajos, ya sea en el campo, en la floreciente pequeña industria o simplemente como mano de obra barata, en los alrededores del puerto. Por lo que las mujeres se vieron desplazadas a las tareas de servidumbre, donde sumamente explotadas, algunas eran obligadas a prostituirse.

El primer intento de regular la actividad fue solo por razones profilácticas, ya que de ninguna manera la sociedad permitía el acceso de las mujeres inmigrantes a la educación, lo que las mantenía en una marginalidad endémica.

La ley exigía una libreta sanitaria que obligaba a una inspección médica periódica. Luego esto ampliaría la obligatoriedad de tanto prostitutas, como sirvientas, a estar registradas en la comisaria de la zona y a los burdeles, anoticiar de cualquier enfermedad a los médicos municipales

En 1935 se dispuso finalmente, la clausura y desocupación inmediata de casas ocupadas por prostíbulos, como también a hoteles y fondas con alojamientos, casas amuebladas y posadas. Lo que hizo que la actividad se mudase a cafés, restaurantes y cabarets.

Por último, el 17 de diciembre de 1936 se sancionó la ley 12.331 llamada de “Profilaxis de enfermedades venéreas”, prohibiendo la actividad en los prostíbulos de todo el país. Esta incluía cerrar todos los burdeles y crear un programa nacional de exámenes prenupciales obligatorios solo para hombres. Con esta medida se intentaba detener y contener el avance de la Sífilis, producto de la falta de cuidados sanitarios en dicha actividad

Estaba orientada a la lucha contra el proxenetismo que se expandía como la misma enfermedad por entre los burdeles, los que también se multiplicaban como si fueran quioscos, con el aval de policías, jueces y autoridades corruptas que participaban del negocio, cobrando suculentas coimas y mirando para otro lado. 

¿Controlar o Prohibir?

La prostitución y la trata de mujeres para la explotación sexual sigue siendo uno de los tres negocios que mueve más dinero en el mundo entero. Nunca hubo políticas de estado que lograran sacar de este flagelo a las cientos de miles de mujeres y niñas que a lo largo de este último siglo se vieron forzadas a ejercerla. Las mujeres son asesinadas porque existe todavía un sentimiento machista que las instituye en objetos de placer y abuso. La complicidad social por parte de autoridades, policías y demás, provocan 600 mujeres desaparecidas por año en manos de redes, parejas, amantes, familiares, y todo tipo de relaciones basadas en el abuso y el poder

Los cambios culturales llevan su tiempo y en este caso, la historia de Raquel marca que cuales quieran sean las consecuencias, la lucha por la igualdad de derechos es producto y voluntad de las victimas y victimarios. Sean estos los hombres abusadores o una sociedad a veces apática, cómplice y sobre todo cómoda frente al a lucha de las mujeres

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