¿8M, Algo que celebrar?
El día 8 de marzo se conmemora la lucha femenina para la adquisición de equidad en los vínculos e igualdad ante los derechos.
Sin embargo, con el transcurso de los años se ha romantizado este día, como tantos otros, para que deje de ser disruptivo al sistema, -lo que justamente da entidad a esta fecha-.
Entonces, frente a esta necesidad imperiosa de celebración -y cuyo objetivo es la invisibilización de la propia esencia de aquello que se conmemora- , el 8 M se ha transformado en un día de festejo.
Este día festejamos entonces, pero sin caer en la trampa; celebramos y reforzamos la sororidad femenina, el apoyo y contención entre mujeres, que durante tantos años han intentado desarmar, banalizar e impedir.
El sistema nos quería aisladas, enemistadas, compitiendo por príncipes azules, que no son más que varones patriarcales imponiendo sus voluntades ante mujeres dóciles y solitarias.
Así nos mantuvieron durante años, confrontandonos en certámenes de belleza o comparando “los hijos más machos” y “las hijas más princesas” para entregar al sistema. Y de ese modo querían perpetuarnos.
Hoy lo sabemos, hoy no lo permitimos; cuando nosotras decimos o escuchamos un “feliz día” nos remitimos a esa fortaleza que construimos desde la unidad, desde el avance, desde la unión y el apoyo deconstruido, con todo lo que nos ha costado y nos sigue costando aún.
Nosotras celebramos, no porque estemos felices -no hay felicidad posible en el acontecer diario de desigualdades, discriminación, maltrató y denigración- sino, porque en la conciencia colectiva encontramos el modo de volver a levantarnos una y mil veces fortalecidas como marea frente a cada hecho aberrante que el patriarcado continúa cometiendo diariamente.
Celebramos el abrir los ojos, el equivocarnos y reaprender de las otras, con los ojos llenos de lágrimas, con la bronca ahogada en el pecho, con la furia de lo que aún no hemos podido frenar, de todo lo que queremos derribar, con la impotencia brotando como lágrimas… Miramos a nuestros lados y nos vemos, reflejadas una en otra y en otra y en otra, eso es lo que -a pesar de todo- celebramos este día.
Conmemoramos un día que representa años de lucha, pero celebramos la profunda sororidad que aprende y abraza cada día.
Licenciada Georgina Marcela Parente.
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