Ejemplo de colonización explicita, 3 niños Mapuche corren de la mano uno de ellos con una camiseta con la leyenda "i love Amsterdam" durante un Palín realizado en la Comunidad Autónoma Temucuicui, Región de la Araucanía - Chile. Foto: Luciano Gonzalez / Index Media. (Archivo)

No podemos celebrar la llegada de embarcaciones españolas para apropiarse y explotar territorios ajenos, sometiendo a sus pueblos y su cultura. Debemos conmemorar esta fecha, para no olvidar el daño generado por la imposición de sus creencias frente al sometimiento que ha durado cientos de años y que aún hoy continúa funcionando en el inconsciente colectivo. No hay una “Madre Patria” sino Estados – Naciones con vínculos de poder y jerarquía sobre otros, regidos principalmente por los recursos económicos.

El 12 de octubre de 1492 no hubo un descubrimiento sino el inicio de la invasión territorial. Se habla del encuentro de dos mundos, pero no medió intercambio posible, no hubo espejitos de colores ni biblias, ni ofrecimientos, fue un encuentro de violencia y sometimiento; una historia contada a las niñas y niños del mundo romantizada como un épico viaje de tres frágiles carabelas. Con la excusa de civilizar pueblos salvajes, pueblos ignorantes; se impuso por fuerza creencias impropias, incomprensibles para ellas/os; negando todo conocimiento previo.

La cultura es el entramado de dispositivos tradicionales de cada grupo humano, con valor simbólico y emocional que no puede ser reemplazado arbitrariamente, sino que se modifica con el paso del tiempo y la capitalización de nuevas experiencias. Por ello, el considerar los pueblos originarios como incultos, no constituye un error sino una estrategia de sometimiento y destrucción que actualmente se utiliza para sostener el poder por sobre los sobrevivientes, minorías sumamente vulneradas y hasta invisibilizadas.  

La historia siempre se contó del mismo lado, el ganador, sin derecho a réplica por más de 500 años. Todavía pensamos el proceso de colonización desde los colonizadores, aquellos hombres con burocracias implementadas, protocolos vinculares y un amplio desarrollo idiomático, de los cuales aún se alzan sus estatuas en nuestras plazas, se ostentan sus nombres en nuestras calles y en teatros para la alta alcurnia. Pero, poco se destaca el contundente legado histórico de conocimientos y riqueza cultural que poseían quienes habitaban  estas tierras con su propia trayectoria evolutiva, la cual fue interrumpida por los invasores.  


Mientras se continúe enseñando la colonización como proeza de la humanidad y no como el comienzo de uno de los más grandes genocidios de la historia, seguiremos negando e invalidando las identidades y sabidurías ancestrales. El 12 de octubre reivindicamos los pueblos originarios, su existencia, su autenticidad, su autonomía, su historia, su diversidad y su saber.

Luciano Gonzalez / Index media. (Archivo)

En la República Argentina, por un decreto del presidente Hipólito Yrigoyen en 1916 se nombraba está fecha como “Día de la Raza”. Pero, desde el año 2007 INADI -Instituto Nacional contra la Discriminación- formuló un proyecto para modificar el nombre por Día de la Diversidad Cultural Americana que finalmente fue establecido por medio del DNU emitido por la presidenta Cristina Fernández en el año 2010.

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