“Super Mario Bros”, los espías del presidente
Actualmente se investigan presuntas acciones de espionaje ilegal a dirigentes políticos opositores y no tanto, entre lo que se destaca la ex presidenta Cristina Fernández, la ex Gobernadora de la provincia de Bs As, M.E Vidal, el actual jefe de gobierno de la ciudad Rodríguez Larreta y su vice, el ex peronista Santilli.
La agencia de inteligencia durante el gobierno del ex presidente Macri, incorporó como acción fundamental este trabajo al interior de las estructuras políticas en la Argentina. Fue una verdadera gimnasia maratónica, que intentaba sobre todo dinamizar denuncias judiciales a través de la extorsión, con supuesta información implicante o simplemente demostrar una debilidad intrínseca auto infligida, por su propio desprecio a la política y cierto asco a ejercerla, desde la negociación, única forma autentica en que esta, encuentra su sentido democrático.
Las investigaciones apuntan contra el ex jefe de Estado, quien había nombrado al frente de la Agencia Federal de Inteligencia a su amigo y exrepresentante de futbolistas, Gustavo Arribas, quien a solo horas de asumir al frente de la agencia, reconoció frente a los dirigentes salientes su desconocimiento total sobre las cuestiones pertinentes a su nuevo empleo. Su único antecedente para el cargo era haber hecho negocios en el mercado de pases de futbolistas a China
Macri tiene el antecedente de haber espiado al parapsicólogo Néstor Leonardo, por ese entonces pareja de su hermana Sandra, durante su ejercicio al frente de la jefatura de gobierno de la ciudad En aquella oportunidad intentó y logró inculcar de la conducta a su padre, el empresario Franco Macri. Por entonces también se sumaron los escándalos de las escuchas telefónicas a dirigentes de la comunidad judía, por parte de su jefe de policía, Jorge Palacios. Todo esto fue descartado cuando el ingeniero asumió la presidencia a finales del 2015 y su causa fue cerrada
La nueva agencia de inteligencia acaba de entregar a la fiscal Paloma Ochoa unas 500 fichas de personas seguidas. El grupo de espías, autodenominado Super Mario Bros, recababa información de forma ilegal y detallaba sus informes a la coordinadora de documentación presidencial Susana Martinengo. Las acciones las investigaba el juez Federico Villena, recusado por la defensa por ser juez y parte, al haber autorizado en el pasado, alguno de los procedimientos que se investigan
Que otra cosa que el miedo, puede gestar este conducta de espionaje a diestra y siniestra .La devoción por saber qué es lo que el otro piensa, no desde una intercambio de ideas, sino desde una posición de poder, de quien conoce las cartas del otro jugador en un juego y desde allí, elije las propias, con esa ventaja deshonesta. Esta conducta debe ser castigada, no puede ser uno de los males que la política, en su eterna devoción por el poder, olvida a tener en cuenta.
Watergate, los espías de otro presidente
17 de junio de 1972, estalló en los EE.UU el escándalo Watergate, uno de los casos más resonantes y cuya consecuencia ejemplificadora, fue la renuncia del presidente Richard Nixon, acusado de espionaje político, en una sociedad que pareció no tolerarlo como la nuestra
En la noche del 17 de junio la sede del partido Demócrata fue abordada por cinco hombres que intentaban instalar micrófonos, para realizar escuchas sobre las actividades dentro de dicha sede y sobre todo, sobre los temas que sus contrincantes electorales, Republicanos, usarían como ejes de campaña
De esta forma podían conocer “las cartas del otro jugador”, si esta intenta hablar sobre falencias de la administración de Nixon, en lo que la educación respecta, estos ya tendrían su jugada preparada para contrarrestar dichas críticas, presentando a los votantes, una mirada bien diferente y perfectamente calculada al respecto
Eran tiempos de campaña electoral y entre los detenidos se encontraba el jefe del servicio de seguridad del comité de reelección del entonces presidente Richard Nixon.
Bob Woodward y Carl Bernstein, periodistas del diario The Washington Post, uno de los más influyentes de ese país, fueron “guiados” por un personaje que misteriosamente encontraban en el garaje de un edificio y el que los fue guiando, con reticentes datos, al descubrimiento de los hacedores intelectuales del espionaje La cadena término en las más altas esferas y los periodistas terminaron involucrado al mismo presidente.
Nixon y su vicepresidente Spiro Agnew, fueron reelegidos, pero el escándalo estaba muy lejos de enfriarse. El 24 de julio de 1974 la Corte Suprema terminó acusando al presidente de obstruir las investigaciones judiciales y de haber utilizado a la CIA y el FBI con fines políticos. Nixon renunció el 8 de agosto a su cargo de presidente
La fuente de información logró notoriedad internacional, ya que los periodistas la llamaron “garaganta profunda”, quien 33 años después del hecho, develó ser un ex directivo del F.B.I. Mark Feltl
El caso Watergate se instaló como precedente y como reaseguro para la voracidad estratégica sin reparos morales ni éticos, en las campañas políticas de los EE.UU. Podemos igualmente dudar que dicho país tengan algún reparo, en que estas conductas se realicen fuera de sus fronteras para tareas que intenten desestabilizar gobiernos no afines a sus políticas corporativas y expansionistas.
El caso de una investigación periodística que descubre una red de espionaje, gracias a la detención de 5 hombres delatados por un ex espía profesional, nos dice que otra actitud es posible, aun en los mismos lugares donde los EE.UU desprecian la autonomía política e instalan este ejemplo, como válido, cuando de retener poder se trata