Se entregó el sacerdote acusado de abuso y afirmó no recordar a la denunciante
Raúl Sidders, sacerdote sobre quien pesaba una orden de detención por estar acusado de abusar sexualmente de una alumna en un colegio privado de La Plata, se entregó hoy y afirmó que no recordaba a la denunciante, informó una fuente judicial.
Sidders, a quien los alumnos del Colegio San Vicente de Paúl llamaban en secreto “El frasquito” porque los obligaba a masturbarse para guardarse su semen en un frasco, declaró ante el fiscal penal platense, Alvaro Garganta y posteriormente quedó alojado en la DDI La Plata.
“Sidders declaró, amagó llorar varias veces pero afirmó que no recordaba a la joven que lo denuncio por presuntamente haber abusado de ella cuando tenía entre 11 y 14 años”, precisó a Télam una fuente cercana a la investigación.
Mientras el sacerdote declaraba, integrantes de dos colectivos de víctimas de abuso eclesiástico realizaban un escrache en las puertas de los Tribunales penales platense.
Los manifestantes colgaron afiches con fotos de Sidders y las leyenda “Abusador” y “Sidders preso ya”, además de poner fotos de otros curas denunciados por abuso, entre ellos los dos sacerdotes imputados en la causa de los abusos en el Instituto Próvolo de La Plata.
El juez Agustín Crispo ordenó ayer la detención del sacerdote por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de realización doblemente agravado contra una mujer que denunció haber sido abusada por el sacerdote entre el 2004 y el 2008, cuando la víctima tenía entre 11 y 14 años y asistía al establecimiento.
Una fuente judicial precisó a Télam que “un equipo de la DDI de La Plata se dirigió de inmediato a detener al cura al domicilio que había denunciado en la localidad de Bella Vista, provincia de Buenos Aires, donde no fue encontrado, por lo que se creía que iba a intentar regresar a Misiones, donde había sido enviado al conocerse la denuncia”.
“Finalmente el sacerdote se presentó en la fiscalía y se entregó este mediodía”, precisó la fuente.
Según consta en el pedido de detención , al que accedió Télam, el sacerdote abusó de la menor de 11 años “a quien hacía colocar sus manos en los bolsillos de la sotana y sentir su pene erecto, situaciones que acaecía en el patio de la institución y durante los recreos, que provocó un grave daño en la salud mental de la niña”.
“Asimismo, y en las habituales ocasiones en las que recibía el sacramento de confesión, corrompió a la menor mediante explicaciones personalísimas sobre cómo masturbarse, realizar sexo oral y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio”, precisó el fiscal en su escrito.
La mujer que hizo la denuncia contó que el sacerdote empezó a acosarla a los 11 años.
“En invierno, delante de todos, me hacía poner mis manos en los bolsillos de su sotana porque decía que yo tenía las manos frías, y me hacía sentir su erección”, relató la joven a Prensa Obrera.
Contó que el sacerdote, durante la confesión, “me preguntaba si sabía masturbarme y como le decía que no, me explicó con sus dedos, sin tocarme, cómo tenía que hacer. Me sugirió que lo hiciera pensando en él y que en la próxima confesión le contara cómo me había sentido”.