A 50 años de su asesinato, Martin Luther King fue recordado como “el apóstol de la no violencia
Al conmemorarse 50 años de su asesinato, Martin Luther King fue recordado hoy por su hija menor como “el apóstol de la no violencia”, en una jornada en la que el líder afroamericano y símbolo de los derechos humanos y la igualdad racial fue homenajeado por más de 10.000 ciudadanos en distintas ciudades de Estados Unidos.
“Decidimos comenzar este día recordando al apóstol de la no violencia”, dijo Bernice Albertine King durante una ceremonia que encabezó junto a su hermano en el King Center, ubicado en Atlanta, ciudad natal de su padre.
“Están mirando a dos niños que perdieron a su padre”, apuntó ante la audiencia la hija más chica del líder de los derechos civiles, quien siguió los pasos de su progenitor como activista y pastora eclesiástica.
“El militarismo nos robó los recursos necesarios para manejar las discrepancias sociales en nuestra nación. Así que estoy aquí, 50 años después, para decir que es hora de que Estados Unidos se arrepienta, o puede que aún acabe en el infierno”, reiteró desde el púlpito.
Bernice, quien apenas tenía cinco años cuando asesinaron a su padre, aseguró que el país falló en abordar lo que King consideraba los mayores demonios de la sociedad estadounidense: el racismo, la pobreza y el militarismo.
Su hermano, Martin Luther King III, también hizo un alegato y pidió a la comunidad afroamericana que no se desanime en su lucha por reducir sus altas tasas de pobreza, la violencia y la discriminación.
“Cuando vemos el estado de las relaciones raciales, hemos logrado un progreso espectacular en 50 años, pero no estamos cerca de donde tendríamos que estar”, señaló su hijo a programa televisivo de ABC.
“Creo que estaría decepcionado con algunos de los discursos que vemos”, dijo King III, aunque agregó que su padre “estaría muy entusiasmado” con los movimientos activistas actuales, entre ellos Black Lives Matter, la campaña #MeToo por los derechos de las mujeres y movimientos dirigidos por estudiantes contra la violencia con armas de fuego.
En Memphis, cuidad en la que King fue asesinado, 10.000 personas marcharon a primera hora de la tarde hacia la Iglesia Mason Temple. La actividad fue encabezada por el sindicato de trabajadores de saneamiento, por el cual el líder afroamericano estaba defendiendo sus derechos salariales cuando recibió un tiro en la cabeza.
Allí recordaron su último mensaje al mundo.
Lee Saunders, líder de uno de los mayores sindicatos del país -trabajadores estatales-, alertó que el camino hacia esa tierra prometida que mencionó King en su último discurso de esperanza puede ser tortuoso y lleno de traición.
“Cuando las comunidades de color son desproporcionadamente pobres, cuando las comunidades negras son desproporcionadamente dañadas por el encarcelamiento masivo, ¿hemos llegado a la tierra prometida?”, inquirió Saunders.
Dixie Spencer, la presidenta del condado de Bolivar Hardeman, Tennessee, filial de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color dijo que los recuerdos de la muerte de King deberían ser un llamado a la acción.
“Sabemos por lo que trabajó mucho, sabemos por lo que murió, así que solo queremos mantener el sueño en marcha”, enfatizó Spencer, aludiendo al conocido discurso de King, y remarcó: “Solo queremos asegurarnos de no perder los logros que hemos logrado”.
Previo a la marcha, el rapero Common y la cantante pop Sheila musicalizaron el evento en el que también participaron contemporáneos de King, incluido el reverendo Jesse Jackson.
Los jóvenes estadounidenses de hoy “deben tener el sentido racional de elegir la no violencia e ir por otro camino”, manifestó Jackson durante el acto.
La conmemoración al líder de los derechos humanos se replicó Nueva York y en Montgomery, Alabama en las que los participantes aprovecharon la ceremonia para reflexionar sobre el legado de King y debatir como su ejemplo puede aplicarse a las divisiones raciales y económicas que todavía están inmersas en la sociedad.
Pese a que la conmemoración del asesinato de King es legitimada en varios estados del país, tres de ellos -Alabama, Mississippi y Florida- aún reconocen oficialmente el Día de Robert E. Lee, general estadounidense conocido por comandar el Ejército Confederado de Virginia del Norte durante la Guerra de Secesión, mientras que Arkansas recién dejó de hacerlo por primera vez este año.
El mensaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no se hizo esperar.
“No es el gobierno el que logrará los ideales del Dr. King, sino la gente de este gran país que se encargará de que nuestra nación represente todo lo que es bueno y verdadero, y encarna la unidad, la paz y la justicia”, manifestó Trump en un comunicado.
El mandatario estadounidense fue duramente criticado por los comentarios dirigidos a los inmigrantes mexicanos y musulmanes, y por negarse a condenar abiertamente una manifestación violenta de supremacía blanca que terminó en derramamiento de sangre.
“Como un pueblo unido, debemos ver la misión de la vida del Dr. King a través de y denunciar el racismo, la inhumanidad y todas esas cosas que buscan dividirnos”, señaló Trump, en una contradictoria proclama.
King, que había nacido el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, murió a las 18.01 del 4 de abril de 1968 por un disparo a quemarropa en la garganta a manos del francotirador James Earl Ray, un hombre blanco racista, cuando salía junto a tres amigos de la habitación 306 del Motel Lorraine de Memphis.
El asesinato desató una gigantesca ola de furia negra en todo Estados Unidos que dejó 43 muertos, 3.500 heridos y miles de detenidos.
Reconocido ahora por sus heroicas campañas contra el racismo y la segregación, King fue un activista radical que, con el emblema de la no violencia, también hizo una ferviente campaña contra la pobreza, la igualdad de ingresos y las guerras de Estados Unidos en todo el mundo.
Además de “el sueño”, popular discurso de Martin Luther King, el líder afroamericano dejó un estremecedor mensaje en Memphis en la víspera de su asesinato y en el que profetizaba sin miedo su propia muerte, sin saberla tan cercana.
“Me gustaría vivir una larga vida, pero eso no me preocupa ahora, -dijo horas antes de recibir un balazo letal-. Solo quiero hacer la voluntad de Dios. Él me ha permitido llegar a la cima de la montaña. He mirado desde allí y he visto la tierra prometida. Pero es posible que no llegue allí con vosotros”.