Venezuela, un país a leña

Redacción: Luciano González / Index Media.

Fotos: Daniel Hernández / Index Media

Lunes 9 de Septiembre 2019

Caracas Venezuela.

Los años que tiene Vicela Rodriguez a cuestas, no le impiden levantarse todos los días a penas sale el sol para cumplir con una labor vital para la alimentación de sus hijos y su hermana.

Una acción de que se ha vuelto cotidiana para cientos de habitantes en diversos puntos de Venezuela, y que se hace mas difícil sobre todo en zonas pobladas, y es la recolección de leña.

La falta prolongada del suministro de gas, ha representado un retroceso en la calidad de vida de los habitantes de muchos barrios capitalinos, que poco a poco se han olvidado de la comodidad de girar la perilla y encender el horno, y han tenido que alzar el machete o el hacha, irrumpiendo incluso en parques nacionales para abastecerse de ramas de arboles, tanto para cocinar como para calefacción del hogar.

El rápido crecimiento urbano de Caracas, trajo consigo una fuerte demanda de abastecimiento de gas, labor que en los tiempos prósperos del país PDVSA cumplía a la perfección, pero el paso del tiempo, la falta de inversión, y la des-estabilización que afecta al país, también alcanzó a la petrolera estatal.

Hace 25 días corridos que Vicela no sabe del gas, a pesar de que Nicolás Maduro, dio inicio al Plan Especial de Distribución del mismo, una medida de emergencia para suministrar el servicio a la población, que atendería a más de 480 mil familias en Caracas, lo que la obligó a improvisar un fogón en el cual deja caer sus ahumadas cacerolas.

A la falta del gas, se suman las constantes faltas de energía eléctrica, lo que hace muy difícil pensar en cocinas eléctricas para salir de la emergencia, misma suerte corren con los generadores, a pesar de que hay combustible, en este caso lo que escasea es el dinero, pues con la situación económica local, la prioridad es la alimentación por sobre la iluminación.

Como si lo mencionado no fuese suficiente, el 14 de agosto un incendio afectó la planta de llenado y distribución del combustible en Yaré, en el estado de miranda, esa tierra que Vicela recorre buscando leña.

Así entonces no queda mas que agruparse y salir a recorrer los valles de Tuy en busca de madera, a veces acompañada de su hermana e hijos, directos beneficiarios de estas excursiones, Vicela suena resignada ya a seguir con estas practicas, argumentando que la mayoría de las distribuidoras privadas de gas han pasado a manos del estado, lo que ha significado una merma en la calidad del servicio y distribución.

La historia no es muy distinta en Petaré, donde los habitantes dependen de los camiones que llegan a vender y de las provisiones por comuna, ya que ciertamente el elemento llega a los sectores que pueden pagar por un cilindro (Garrafa), generando que mucha gente deba trasladarse a barrios mas prósperos para esperar la llegada de los distribuidores.

Las plantas de distribución local, no cuentan con stock suficiente para satisfacer la demanda, y los que reciben el gas de ductos corren la misma suerte que en el valle de Tuy, debido a esto se hace común agruparse a las afueras de los abastecedores y pasar horas esperando asomar el camión proveedor, o incluso días que al igual que gas de suministro probado, no llega.

Tras largas caminatas y horas de esperas en filas interminables de cilindros que reemplazan a los ciudadanos en la espera, algunos logran alcanzar una dos garrafas para su grupo familiar.

Luego de que se ha entregado el abastecimiento asegurado para quienes se inscribieron y reservaron en los listados, quienes no tuvieron suerte, les toca volver al día siguiente, o moverse al barrio que indique el camionero que será la próxima dispensa.