Políticas públicas para el control epidemiológico

El pasado domingo 24 de octubre se celebró el día mundial de la lucha contra la enfermedad de poliomelitis. Enfermedad cuyas 3 variantes pueden causar parálisis y la muerte a los pacientes que la contraigan, aunque con diferencias genéticas y virológicas. Este virus transmisible constituye una de las 97 enfermedades que actualmente se registran como “Enfermedades de notificación obligatoria dentro del Sistema de Vigilancia Epidemiológica Nacional en Argentina”.  

El último caso de polio tipo 3 fue detectado en  Nigeria en 2012 y desde entonces la  red de vigilancia específica e intensificada compuesta por los diferentes efectores sanitarios, trabaja para controlar y confirmar que el virus ya no existe en el mundo, (exceptuando las muestras de laboratorio controladas para su investigación).

La polio fue eliminada de la Argentina en 1984, gracias al esquema de vacunación antipolomielítica, pero todavía sigue siendo endémica en algunos lugares del mundo, por lo que no se puede hablar de erradicación mundial, sin embargo solo una de las 3 variables continúa vigente en algunas de esta zonas.

Esto demuestra no solo la necesidad de los sistemas de vigilancia epidemiológica, que regulan la gestión y sino también la eficiencia al comunicar de los sistemas sanitarios y la importancia de las políticas públicas en este ámbito a fin de controlar, eliminar y erradicar enfermedades transmisibles que pueden afectar las condiciones integrales de la salud.

El establecimiento de la obligatoriedad de vacunación fue una de las estrategias dispuestas, junto con el aislamiento y seguimiento de las personas contagiadas a modo de detener su propagación. La notificación y el alerta son el primer paso para la reducción de riesgos, el tratamiento para contener y controlar la situación, la prevención y sondeo del entorno para impedir el rebrote.

La Argentina fue declarada libre de casos de polio en 1984, mientras que el continente americano fue el primero en eliminar la poliomelitis, en el año 1994 – ya había Sido el primero en eliminar la viruela en 1971- sin embargo no podemos hablar de erradicación, ya que si bien se detuvo la circulación del virus en la mayor parte del mundo, este sigue existiendo. Podemos hablar de erradicación de dos cepas, mientras que la cepa 1 continúa vigente en países pertenecientes a la zona endémica, por ejemplo Afganistán.

Actualmente luchamos contra el virus SARS-CoV-2 productor de la enfermedad COVID-19 y los sistemas de vigilancia mundiales están de manera específica e intensificada trabajando para la detección, control y eliminación en cada jurisdicción, sin embargo hemos visto como la diferencia económica, social y política ha delimitado diferentes destinos para la suerte de los pobladores.

Resultando en países dónde las decisiones políticas no apoyaron los protocolos mundialmente recomendados por organismos dedicados a la salud, países dónde a pesar de la voluntad política la falta de recursos para la subsistencia impidió el cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria y países que han corrido con mejor suerte, aunque poco se trate de suerte, al contar con apoyo del Estado en cuanto a estrategias para el atravesamiento de la pandemia, ya sea desde ayuda económica, prohibición de despidos u aislamiento obligatorio principalmente.

Las trayectorias socio políticas juegan un papel fundamental durante el desarrollo de enfermedades pandémicas o endémicas,  toda diferencia se profundiza. Por ello es menester de los gobiernos , priorizar la situación sanitaria, proveer de los recursos necesarios para el afrontamiento de cualquier situación que afecte el bienestar de su población y entender de manera amplia, que la salud es el bienestar psico físico y social.