No es la educación
Frente a proyectos de mercantilización de la educación o instituciones estructuradas para la inclusión al mundo laboral, poco espacio quedará para la creatividad, la investigación y la ampliación de matrices conceptuales, que más bien buscan estandarizar
Tenemos la tarea de dejar de homogenizar la educación, o al menos su concepto. Enunciar “La educación” como respuesta a las problemáticas sociales es la forma más fácil de responder sin responder, pues “La educación” como tal no existe, sinó bastas perspectivas educativas, debemos preguntarnos entonces: ¿a quienes educamos y como lo hacemos?.
Cuando hablamos de educación generalmente pensamos en la niñez y quizás la juventud. Negamos de algún modo nuestra capacidad, privilegio y obligación de agiornarnos a la realidad dinámica. Creemos que un adulto ya está -mas o menos, mejor o peor- educado y olvidamos la característica que nos hace únicos en nuestra especie: La neuroplasticidad, que nos permite tanto la supervivencia en un mundo sumamente complejizado, además del desarrollo, adaptación y evolución de nuestras sociedades.
Entonces, ¿qué queremos transmitir en los procesos educativos?.
Nos hemos acostumbrado a hablar de la educación como un bien preciado al que solo algunos podrán acceder, una praxis con fines mercantiles, en la cual se basa la supervivencia social. Pero poco se habla de la necesidad de educación emocional para la asertividad en la toma de decisiones, del vinculo cognitivo con la emocionalidad o la capacidad racional de resolución.
No hay posibilidad de educar la razón sin gestionar las emociones. Hoy sabemos que la racionalidad es una extensión evolutiva de la emocionalidad propia de nuestra especie biológica. Es por ello que debemos comenzar a replantear la educación como concepto y como praxis; la educación como herramienta política, necesita acompañarse de una profunda interpelación y sinceramiento de los modelos elegidos, que son reflejo del modelo ideológico que se encarna.
Expresiones como: “la educación amplia tu universo” o “la educación es la única manera de mejorar” también necesitan un contexto.
Frente a proyectos de mercantilización de la educación o instituciones estructuradas para la inclusión al mundo laboral, poco espacio quedará para la creatividad, la investigación y la ampliación de matrices conceptuales, que más bien buscan estandarizar. Pero pues claro, de algo hay que vivir, hay que comer y es sumamente necesario ingresar “preparados” al mundo adulto, con la promesa que una vez dentro podrás elegir en que ramas incursionar.
Sin embargo, pocos serán finalmente quienes puedan ampliar o trascender estás barreras. Porque para ello, se requieren dos variables sumamente escasas en nuestra sociedad, recursos y tiempo.
Es entonces que podemos comprender que la educación, no es más que un concepto políticamente correcto, que suele resultar funcional a la meritocracia -si te esfuerzas, llegas. Con educación lo logras- buscando disociar estos conceptos con las variables socio económicas que moldean estás cuestiones.