Lula quiere un Estado fuerte para acabar con la miseria en Brasil

Former Brazilian President Luiz Inacio Lula da Silva speaks during a press conference in Brasilia on October 8, 2021. - Leftist former president Luiz Inacio Lula da Silva is the favorite in Brazil's elections -should he run for the presidency- one year from now but surprises along the way are not ruled out. The current right-wing president, Jair Bolsonaro, whose approval rating has plummeted in recent months, would win 26 percent of the votes in the first round on October 2, 2022 compared to 44 percent for Lula, according to a recent poll by Instituto Datafolha. (Photo by EVARISTO SA / AFP)

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en las encuestas para las elecciones de octubre de 2022, afirmó hoy en Brasilia que quiere un “Estado fuerte” para poder “acabar con la miseria” en el gigante sudamericano, a la vez que apeló por un pacto entre el sector público, las empresas y las universidades para evitar que la juventud emigre al extranjero.

“Quiero un Estado fuerte porque su fomento es capaz de acabar con la miseria en este país (…) No quiero un Estado empresarial, sino un Estado con fuerza para que sea inductor del movimiento: que invierta en el activo productivo del país, financie la educación y cuide de las personas”, dijo Lula durante su segunda conferencia de prensa del año desde la capital brasileña, donde se reunió con líderes de varios partidos para tejer posibles alianzas de cara a los comicios de 2022.

“Quiero crear un Estado socialmente justo en este país y ya probé que es posible”, sentenció el hombre que aún no ha anunciado formalmente su candidatura presidencial y que prometió hacerlo a “inicios del año que viene”.

El exmandatario (2003-2010) de 75 años, quien figura con más de 20 puntos porcentuales de ventaja frente al presidente Jair Bolsonaro en los sondeos, se refirió también al problema de empleo, cualificación y formación profesional de la juventud brasileña, que a su juicio “está yéndose porque no tiene esperanza en el país”, e instó a formar una alianza entre el Estado, los empresarios y las universidades para poder brindarle oportunidades de trabajo.

Durante su intervención, Lula abordó la difícil situación que atraviesa la economía brasileña y reiteró las críticas a la gestión de presidente de ultraderecha por una inflación que ya supera los dos dígitos y que, según denunció, ha sumido a más de 16 millones de brasileños a “pasar hambre”.

“No esperaba ver a Brasil peor de lo que vimos en 2003, el hambre regresando”, lamentó y fustigó: “Todo lo que hemos logrado está siendo destruido. No hay explicación para el desastre que vive hoy la economía brasileña”.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) calificó a Bolsonaro de “incompetente” por no poder controlar los precios de los alimentos, a la vez que habla de “desabastecimiento” y le echa la culpa a China.

También criticó el aumento de la nafta, que según señaló ya subió un 39% este año, y defendió volver a establecer un precio nacional de combustibles, al asegurar que Brasil es “autosuficiente” en petróleo y dispone de refinerías “altamente cualificadas”.

“Petrobras no debería preocuparse por el accionista americano minoritario, sino por el consumidor brasileño mayoritario”, espetó.

Para Lula, el problema económico del país puede resolverse si se tiene “credibilidad” y “previsibilidad” y afirmó que para su partido es prioritario recuperar el prestigio internacional de Brasil.

“La mejor carta que le puedo firmar al pueblo brasileño es mostrarle lo que pasó con la economía brasileña mientras yo era presidente de la República. No necesito prometer nada. Brasil cumplió con el objetivo de superávit primario todos los años mientras yo era presidente”, se jactó.

El expresidente se refirió también al desgaste de las instituciones democráticas en el gigante brasileño y acusó a Bolsonaro de no gobernar y dejar que los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados lo hagan en su lugar.

“El presidente no ejecuta. Nunca vi eso en todo el tiempo de república de este país”, dijo Lula, quien consideró que Brasil volverá a tener “tranquilidad” si cada institución se hace cargo de su rol.

El líder del PT lamentó, asimismo, la actitud del actual mandatario, quien “un día ruge como un león contra las instituciones” y al otro “pide perdón como un gatito por las atrocidades” cometidas contra estas.

Lula arremetió también contra Bolsonaro por su gestión de la pandemia del coronavirus, que dejó casi 600.000 muertos en Brasil, y se refirió a la comisión de la Cámara Alta que está investigando los posibles delitos cometidos por el Gobierno durante la crisis sanitaria.

“Están trabajando con seriedad. Bolsonaro que se cuide”, advirtió.

Consultado por periodistas sobre su posible candidatura a la Presidencia, Lula dijo que no lo había decidido aún y que lo haría “en el momento adecuado”.

“Estoy conversando con todo el mundo. Estoy en una fase de conversaciones con partidos políticos, las redes sociales y, en algún momento, con empresarios e intelectuales y con la sociedad brasileña”, explicó y añadió: “Arreglar este país no es cosa de un partido político, sino de mucha gente (…) quiero conversar con el pueblo brasileño porque va a ayudarme a concertar este país”.

No obstante, manifestó su deseo de que el país sea “sensato” y elija en las próximas elecciones a alguien “a quien le guste la democracia”.

“Alguien que tenga sentimientos, que sea humanista y que no diga tonterías”, precisó.

El líder del PT continuará los próximos meses con su gira por Brasil para recabar apoyos para su eventual candidatura, pero también tiene previsto este mes un viaje a Europa, donde visitará Berlín, Bruselas, París y Madrid, según adelantó.

En abril pasado, Lula quedó plenamente habilitado para ser candidato en las elecciones presidenciales de 2022, luego que el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) ratificara la decisión adoptada por uno de sus jueces que anulaba las condenas dictadas contra el exmandatario.

Las elecciones generales de Brasil serán el 2 de octubre del año próximo, pero tanto el presidente Bolsonaro como la oposición ya instalaron el debate preelectoral, en una muestra más de la profunda crisis política que se vive en el país vecino, no solo por los números de la pandemia, sino por los recientes choques explícitos entre el Poder Ejecutivo y el Judicial, que llegaron a desatar hace solo unas semanas una ola de denuncias y advertencias sobre un posible quiebre institucional por parte del mandatario.

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