Jorge Pistocchi, el último Anarquista
Jorge Pistocchi fue el creador de la mítica revista EXPRESO IMAGINARIO (contracultura de la década del 70)
La Expreso”, como la llamábamos entre quienes la comprábamos, fue en cierta medida la revista de cabecera de todos aquellos que queríamos cambiar el mundo o por lo menos hacer de él, un lugar mejor .Era el empujón mensual para creer que no moriríamos en el intento. Era la confirmación que no se necesitaban proezas grandilocuentes, para ser todos los días un poco más “humanos”.
El domingo 28 de septiembre del 2015 por la noche murió Jorge Pistocchi, creador de las emblemáticas revistas Expreso Imaginario, Pan Caliente y Mordisco. Todas publicaciones que en la década del 70 se atrevieron a todo y fueron contra todo. Con la dirección de Jorge alcanzó su punto máximo de exposición una nueva corriente humanista y ecológica
Con la pluma de excelentes periodistas y escritores (Pipo Lernaud, Miguel Grinsberg entre otros) y el arte de sus dibujos y diseños (el negro Fontova fue su director de arte y diseñó muchas de sus emblemática tapas) despertó y activó la imaginación de miles de chicos y jóvenes que oscilaban entre los 15 a 30 años.
El Expreso imaginario fue una fuente de creatividad y lucha cultural
La idea de un arte liberador, que como un huracán atropellase y se enfrentase a todo lo que intentaba consolidarse como una norma a seguir, fue la característica de su creación. Esta mirada universal del humanismo, acariciaba un pacifismo bien definido. Determinado a marcar diferencias con un mundo violento y estructurado desde el poder El rol político era animarse a ser libres, a pensar, a crear, ya sea música, escultura o ensayos filosóficos, donde el límite era solo el cansancio o la incapacidad de soñar.
El 6 de agosto de 1976 salía a la calle el primer número de la revista EXPRESO IMAGINARIO, fue considerada una revista contracultural e icónica. En sus 78 números albergo a quienes no tenían lugar y si tenían para decir. En sus páginas brillaban notas sobre medio ambiente, corrientes de pensamiento oriental, indigenismo, temas que por demás la dictadura militar no consideraba ni si quiera como una posibilidad a debatir. Eran un tipo de virus, bacterias de un mundo que se revelaba contra un poder todopoderoso, que a su vez como un cíclope, tenía una sola mirada de aquello que lo rodeaba.
Ideología Pistocchi:
“Yo entendía que el movimiento contracultural que se estaba gestando a partir de los setenta, era el comienzo de una nueva conciencia humana que progresivamente se impondría en el planeta. Y cuando digo contracultural, me refiero a la suma de todo el pensamiento de los que de alguna vez se animaron a pensar por cuenta propia y tuvieron la valentía de expresarlo .Expertos en diversas artes y oficios, con talento e inteligencia, nos dieron cierta conciencia omnipotente, un heterogéneo corazón universal. Y a partir de eso y de sus latidos, la redacción del Expreso no perdió su entusiasmo, porque sabíamos que valía la pena el intento”.
Contenido literario
El expreso trajo las novedades sobre literatura beat, ciencia ficción, historietas, rock y cualquier cosa que movilizara la conciencia humana. Incorporo géneros como música de vanguardia, folclore y el naciente punk rock inglés. Sus entrevistas marcaron una época, podían hablar de sexo, drogas y rock and rol, de agricultura ecológica, energía nuclear, del I Chin, Bob Dylan, o Astor Piazzolla.
Todo bajo la bota trepidante de un gobierno, que en muchos de los casos estaba ajeno a estos temas. Quizás desconocimiento o simplemente por desprecio a ese periodismo tan difícil de encasillar. Tipos que se mostraban como la sangre de un arte rupturista y a su vez con la energía necesaria para la tarea.
Estuvo contra la guerra de Malvinas, organizo una comunidad de alimentos orgánicos a la que llamo Centro Cósmico La Paternal. Fue líder en la recuperación de la primera fábrica en manos de una cooperativa de obreros, ANMAT en Monte Grande, (una de las cosas que más orgullo le daba). Creía fielmente en la expansión del espíritu, en el desarrollo de una sociedad totalmente libre de cuerpo y mente. Jamás vendió su alma al diablo, jamás continuo algún proyecto que a su entender transaba con el sistema comercial
Dejo su revista cuando vio que el rock perdía su fuerza: “Comenzaron a decir y cantar lo que la gente quería escuchar, eran un producto más del sistema, me aburrían, habían cambiado su discurso por plata” eran las palabras con la que explicaba su alejamiento del Expreso a 3 años de su lanzamiento
Jorge siempre intento todo lo que soñó, trabajó para darle un lugar a los invisibles:
“con salvar a uno de estos pibes de la calle, todo valdrá la pena, sino que estamos haciendo para modificar la realidad”
El mundo como tal le parecía una debacle, la solo idea que se construyan armas nucleares era la tarjeta de presentación de una locura colectiva disfrazada de progreso, de nacionalismo irracional, de muerte. No le temía a nada, creía tan fielmente en la inmortalidad del espíritu, se sabía un pasajero del expreso de la vida. Jamás dio por terminada su lucha .Ni aquella que sus pulmones dejaban escapar con esfuerzo en cada palabra, hasta apagarse.
Hablaba de las experiencias anteriores a nuestra vida, de los problemas ambientales, de cómo hacer para no aniquilarnos nosotros mismos. Capitalismo y marxismo eran dos caras de la misma moneda, la destrucción del planeta, de la sociedad, esa que el soñaba alimentándose sanamente y explorando todos los terrenos. La expansión de la conciencia, en el contexto de una sociedad reprimida, fue un desafío que tránsito con todos los estímulos químicos de la época. Las drogas dieron vueltas por su vida pero su magia natural sobrevivió a todos los procesos.
Miguel Abuelo
A partir de ese momento uno de los pibes comenzó a frecuentar nuestra mesa. Era menudo, flaquito, muy eléctrico. Cuando le pregunté si era músico de rock, me dijo que no, que era poeta y folclorista. Desplegaba pura chispa callejera, nos enganchamos enseguida, me encantaba su sentido del humor y la lucidez de sus observaciones. Al entrar más en confianza me sorprendió escuchar las historias de los duros días de su infancia en un orfelinato o de su etapa de boxeador en una villa. Quería ser actor, músico, escritor, todo junto a la vez. En ese momento lo conocí solo por su primer nombre Miguel. Recién algunos años más tarde me enteré de que se trataba del genio incomparable de Miguel Ángel Peralta, más conocido como Miguel Abuelo.
Luis Alberto Spinetta
Miguelito me hizo escuchar la grabación del primer LP de Almendra antes de que saliera a la venta, se la hice repetir un montón de veces porque no podía creer que existiera un grupo así en la Argentina. A los pocos días me los presentó y conocí al resto del grupo, Edelmiro, Emilio y Rodolfo. Él no tendría en ese momento más de diecinueve años, pero te aseguro que nunca tuve frente mío a una personalidad más impactante que la suya, tenía algo de extraterrestre (y siempre tuve mis dudas de que no lo fuera). Y así como Miguel me abrió las puertas a un nuevo mundo, Luis las cerró a mis espaldas definitivamente. Entonces a partir de ese momento puse mi casa y mi dinero absolutamente al servicio de esta causa con la que me sentí absolutamente Identificado.
La revista:
“Fue una historia increíble que sucedió hace cuarenta años y sin embargo hoy sigue teniendo vigencia. Estudiantes de comunicación han escrito innumerables tesis sobre la misma. Tiempos donde enfrentar tantos riesgos y sacrificios se convertía casi un acto de fe, que tuvo que atravesar diversas pruebas. Las calles de Bs As nos recordaban al Berlín de las películas durante el régimen nazi y encontrarnos diariamente en la redacción significaba un gran alivio. Muchos amigos venían a visitarnos (a refugiarse), a veces éramos más de veinte, en medio de todo ese tumulto y sentíamos que no estábamos solos”.
Como la publicación estaba hecha por artistas, inclinados a distintas disciplinas estaba concebida como una obra integral, donde sus textos eran tan importantes como su gráfica y la poesía estaba presente en todos sus contenidos. Durante tres años se construyó un espacio creativo único de gente muy talentosa.
Primer encuentro personal
Conocí a Jorge Pistocchi un verano, luego que Danilo, un amigo con el que vivía (y lo cuidaba) me llamó .Era la respuesta a un viejo pedido mío de participar en cualquier aventura que tuviera a Jorge nuevamente al frente. Llegué a las 18 y pase por un patio gigantesco lleno de bananeros y plantas. Él estaba sentado a una mesa. Nos dimos la mano y como buen admirador le dije que conocía todo su trabajo. Esto pareció no importarle en absoluto o por lo menos no lo impacto. Me pregunto si leía el Expreso, aclaré que sí.
En su contratapa tenía una historieta llamada Little Nemo, llena de diseños barrocos bien recargados. Sus historias eran los sueños de un niño llamado Nemo que viajaba con su pijama en una cama, por el espacio .Se topaba con personajes todos muy circenses, en aventuras muy oníricas, que carecían de una lógica lineal. Jorge sonrió entonces y me dijo “Te gustaban los dibujos, no”? esa fue idea mía”.
Trajeron una botella de vino y como no soy un buen bebedor lo degustamos lentamente de a dos. Qué es el rock para vos? fue la siguiente pregunta .Allí comencé un análisis sociológico de la sociedad media norteamericana de los años 50, su voz finita y estridente me interrumpió : NO, NO, NO, nada de clase media! el rock viene de los trabajadores
La muerte.
La Boca, su barrio por elección, todavía no sufre las consecuencias de su partida. Desde un viejo conventillo, un hombre con todas las letras, despego. La luna roja de un domingo, como una cósmica transfusión se llevó su sangre para que la noche se transforme en arte y nos acurruque. Quisiera ser ese personaje de Historieta, en donde el sueño termina cuando el chico finalmente cae de la cama, despertando. Un tren viejo, con todos los colores, lo pasa a buscar. Es el Expreso Imaginario que no se rinde y estará dando vueltas por toda la eternidad, con el mismo maquinista, terco y único, mi amigo Jorge Pistocchi.
¨Teníamos todo preparado para salir en la primer semana de abril de 1976 y si bien sabíamos que en cualquier momento la farsa de poder representada de Isabel y López Rega se derrumbaría sobre nuestra cabezas, rogábamos estar ya en la calle para cuando esto sucediera, pero a dos semanas de la fecha prevista para el lanzamiento, el 24 de marzo los militares tomaron el poder. Nos reunimos a replantear la estrategia a seguir. Muchos nos insistían que hacerlo en esas circunstancias era una locura. Pero yo estaba más convencido que nunca de que debíamos enfrentarnos a todo y contra todos.
El Expreso Hoy
En el año 2014, luego de varios años de trabajo, Jorge inauguró el Centro Cultural Expreso Imaginario, ubicado en el barrio de La Boca (Olavarría 664). Desde ese día el centro cultural se convirtió en un referente para los vecinos, quizá porque revivía el espíritu de los ya casi olvidados clubes de barrio.
Es un espacio en el que se desarrollan distintas actividades: talleres de huerta, de danza, de percusión, clases de música, entre otras actividades, que reúne a muchas familias durante la semana y más aún los fines de semana cuando se realizan distintos espectáculos para todos los vecinos.
Hoy hay que hablar de presente aunque el Expreso Imaginario se convirtió en una víctima más de la crisis.. Todavía esa puerta y su logo, que dibujara hace casi 30 años el Negro Fontova, lucha por subsistir. Depende de la gente y la fuerza que el colectivo social le ponga a la lucha por su permanencia. Si vivís de La Boca, acércate, la estación del viejo tren te necesita.
“Los hippies aunque no crean en Dios le están sirviendo (…) Digamos las cosas a través de otros, con metáforas literarias y artísticas. Hay todo un mundo fuera de lo permitido, y vamos a recorrerlo para no asfixiarnos .Parezcamos una revista de música a los torpes ojos de los censores que nos miran”.
JP.
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