España y el freno de mano a la derecha

El escenario político post elecciones generales en España ha desatado una serie de posicionamientos y negociaciones en busca de la formación de un nuevo Gobierno. El conservador Partido Popular (PP) y su aliado de ultraderecha, Vox, obtuvieron la victoria, pero no alcanzaron la mayoría necesaria para instalar a Alberto Núñez Feijóo en La Moncloa. Mientras tanto, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se ha visto en la tarea de buscar acuerdos con sus socios progresistas e independentistas para formar un Gobierno, aunque el PP insiste en que se respete su condición de partido más votado, sin lograr éxito en sus reclamos.

En medio de este panorama, Pedro Sánchez, líder del PSOE, expresó a la Comisión Ejecutiva Federal de su partido que confía en que la democracia española encontrará la fórmula de gobernabilidad. La situación abre la posibilidad de que en una primera votación, ninguno de los bloques logre obtener la mayoría absoluta de 176 bancas, lo que llevaría a una segunda votación en los días siguientes, donde prevalecería la mayoría simple.

El PSOE alberga la esperanza de formar un nuevo gobierno progresista, recurriendo a las negociaciones con otras fuerzas con representación parlamentaria. El partido Junts per Catalunya tiene la llave que podría abrir la puerta para un gobierno liderado por el PSOE. Sin embargo, se presentan desafíos considerables debido a la situación de su líder Carles Puigdemont, quien se encuentra exiliado en Bélgica y enfrenta una orden de captura de la justicia española por su papel en la declaración de independencia de Cataluña en 2017.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, líder del partido Sumar, ha solicitado a Jaume Asens, de En Comú Podem, que lidere las conversaciones con Junts para allanar el camino hacia un nuevo gobierno de coalición con el PSOE, con el respaldo del bloque progresista y plurinacional.

Este escenario de retener un gobierno progresista fue celebrado en la noche del domingo frente a la sede madrileña del PSOE, no solo por los militantes socialistas, sino también por colectivos LGBTQ+ que se unieron para evitar que Vox, con sus posturas homofóbicas y antimigrantes, se convierta en parte del Ejecutivo.

En contraposición, el PP insiste en que se reconozca su condición de partido más votado y teme que el candidato socialista intente conformar una mayoría que conduzca a una situación de bloqueo institucional absoluto. Cuca Gamarra, secretaria general del PP, advierte que una aritmética favorable podría no garantizar la gobernabilidad.

Por otro lado, Vox evita hacer autocrítica sobre sus resultados electorales y responsabiliza al PP de que no se haya sumado una coalición de partidos de derecha debido a sus llamados al voto útil y la “demonización” hacia Vox.

El panorama político de España está marcado por intensas negociaciones y disputas en busca de un nuevo Gobierno, con el PSOE buscando coaliciones con otras fuerzas, mientras el PP insiste en que su posición como partido más votado debe ser considerada y Vox evalúa su situación tras los resultados electorales. La formación de un Gobierno sólido requerirá de acuerdos significativos y equilibrios entre las diferentes fuerzas políticas en juego.

Deja un comentario