El mundo despide al Papa Francisco: conmoción, legado y funeral en el corazón del Vaticano

Por UNAR AGENCY – 22 abril, 2025
Ciudad del Vaticano – El Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano y una figura trascendental para la Iglesia Católica del siglo XXI, falleció este lunes a los 88 años de edad, tras sufrir un ictus en su residencia de la Casa Santa Marta. Su muerte ha conmovido a millones de fieles en todo el mundo, quienes recordarán al argentino Jorge Mario Bergoglio como el “Papa de los pobres”, un líder espiritual humilde, comprometido con los marginados y con una visión reformista de la Iglesia.

La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, en un videomensaje en el que expresó el “profundo dolor” por la partida del pontífice. “El obispo de Roma ha vuelto a la casa del Padre. Su vida entera estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia, y nos enseñó el valor del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal”, señaló.
Francisco había logrado recuperarse recientemente de una larga hospitalización de 38 días y de dos crisis severas de salud. Apenas 24 horas antes de su fallecimiento, había sido visto recorriendo la plaza de San Pedro en su papamóvil, saludando con una sonrisa a los fieles que no imaginaban que sería la última vez que lo verían con vida.
Una despedida marcada por la sencillez
El cuerpo del Papa Francisco fue preparado y velado en la capilla privada de la Casa Santa Marta, su residencia habitual desde que asumió el papado en 2013. A diferencia de sus predecesores, Francisco eligió no habitar el Palacio Apostólico, manteniéndose fiel a su vocación de humildad y cercanía con el pueblo.

En su testamento, publicado tras su muerte, dejó instrucciones precisas sobre su sepultura: pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, una de sus iglesias favoritas en Roma, en una tumba sencilla, sin ornamentos ni decoraciones, con la inscripción “Franciscus”. La elección no es casual: la basílica alberga el ícono de la Salus Populi Romani, al que el Papa solía acudir antes y después de cada viaje apostólico.
“Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza (…) El sepulcro debe estar en la tierra, sencillo, sin decoración particular”, dicta el documento con su firma.
Protocolo vaticano y funeral
Con el fallecimiento del Papa, se activó el protocolo del período conocido como sede vacante, durante el cual el gobierno de la Iglesia queda temporalmente en manos del camarlengo. Una de las primeras acciones fue el sellado de los aposentos papales y la anulación del Anillo del Pescador, símbolo de su autoridad, que fue destruido para impedir el uso indebido de su firma.

El cuerpo será trasladado este miércoles 23 de abril a la Basílica de San Pedro, donde los fieles podrán rendirle homenaje durante varios días, posiblemente hasta el sábado. Se espera que cientos de miles de personas, entre ellos jefes de Estado, líderes religiosos y ciudadanos de a pie, acudan a despedirse.
El funeral del Papa Francisco se celebrará entre el viernes y el domingo, según lo dispuesto por el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, que establece un plazo de entre cuatro y seis días para realizar las exequias pontificias. La decisión final será adoptada por la primera congregación de cardenales, prevista para este martes.
Un legado que trasciende fronteras
Francisco asumió el pontificado el 13 de marzo de 2013, tras la renuncia histórica de Benedicto XVI, convirtiéndose en el primer Papa jesuita y el primero originario del hemisferio sur. Su elección marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia. Fue un pastor cercano a los pobres, crítico del clericalismo, defensor del medio ambiente y promotor del diálogo interreligioso.
Durante su papado, impulsó reformas internas, denunció la corrupción dentro de la curia romana y visibilizó temas sociales como la migración, la pobreza, el cambio climático y los abusos sexuales cometidos por miembros del clero. Publicó dos encíclicas clave: Laudato si’, sobre el cuidado de la “casa común”, y Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social.

También mostró una actitud pastoral renovadora, especialmente hacia los colectivos históricamente excluidos. Abogó por una Iglesia menos dogmática y más comprometida con las realidades de los pueblos. Su visión progresista generó adhesiones fervorosas, pero también resistencias internas dentro del Vaticano.
Hacia un nuevo cónclave
Tras el funeral, se abrirá un período de deliberación entre los cardenales menores de 80 años, quienes tendrán la tarea de elegir al nuevo Papa en el cónclave que se celebrará en la Capilla Sixtina. Actualmente hay 135 cardenales electores provenientes de todos los continentes, lo que anticipa una elección con una marcada proyección global.
El mundo mira ahora hacia Roma, no solo para despedir a Francisco, sino también para conocer cuál será el rumbo que tomará la Iglesia en esta nueva etapa. El desafío no será menor: suceder a un pontífice que dejó una huella indeleble y que, aún en su muerte, reafirma el valor de la humildad, la sencillez y el compromiso con los más necesitados.
Francisco se va como vivió: fiel a sus convicciones, al Evangelio y a su gente. El Papa del fin del mundo deja el centro del mundo más humano de lo que lo encontró.