El Festival de Cine de Gotemburgo hipnotizó a sus espectadores para ver tres de sus películas.

El festival sueco se prepara para ofrecer una abundante mezcla heterogénea de cine nórdico al mundo

“Un reflejo multifacético de estos tiempos en nuestras vidas, las batallas, los deseos y la confusión. Es comprometido y combativo, pero también romántico, juguetón y desafiante”.

Así reza el resumen de la introducción a la 46ª edición del Festival de Cine de Göteborg , que tendrá lugar del 27 de enero al 5 de febrero y exhibirá 250 títulos de 80 países, incluidos 50 estrenos mundiales. Una variedad de paneles, fiestas y presentaciones variadas, todo bajo el lema honorable de traer el mundo a Gotemburgo y servir como trampolín para la nueva película nórdica.

Pero una de las características de este festival fue siempre su conducta rupturista, desde lo artístico hasta lo conceptual. Intentó que la presentación de películas sea un pretexto para generar un espacio donde “performances” elaboradas por su conducción generen no solo un espacio de cine sino un lugar de incomodidad, en síntesis, una obra de arte en misma. Sus versiones anteriores llevaron este desafío a lugares inesperados. 

El Festival de Cine de Gotemburgo, la muestra cinéfila más relevante de Escandinavia, se apresta a dar continuidad a su trayectoria signada por la provocación, que en otros años incluyó hasta proyecciones dentro de sarcófagos, en su última edición, que se realizó entre el 28 de enero y el 28 de febrero del 2022, implementó la hipnosis masiva de los espectadores como experiencia sensitiva

Y no se trata de una actividad lateral del festival. El llamado “cine hipnótico” se llevó a cabo durante la proyección de tres de las películas más importantes del catálogo.

Según detalló el sitio especializado The Hollywood Reporter, antes de cada película un hipnotizador realizó una sesión de hipnosis masiva en el escenario principal del Stora Teatern en Gotemburgo, con el objetivo de alterar el estado de ánimo y la relación del público con el tema de la película a observar. Solo al finalizar el filme, el hipnotizador interrumpió su tarea psíquica.

“¿Realmente te atreves a ceder el control?”

Así se presentaba el video promocional del experimento social/cinematográfico. Justamente el director artístico del festival, Jonas Holmberg, aseguró que se busca “generar preguntas sobre la sumisión, la transgresión y el control, el cine hipnótico es tanto un tributo como una extensión de la experiencia de ver películas en una sala de cine”, añadió.

No es la primera vez que el Festival de Gotemburgo reta con espíritu reflexivo a los espectadores. En la edición de 2019, por ejemplo, se propuso el “cine ataúd”, que no era otra cosa que proyecciones de películas para espectadores introducidos en sarcófagos especialmente diseñados. Durante la pandemia el desafío rupturista se adecuo a los protocolos y todo el festival contó con un solo espectador: la enfermera sueca Lisa Enroth. Esta fue confinada 7 días en la casa del faro de la pequeña isla desierta de Hamneskär en el Mar del Norte, a ver las 60 cintas seleccionadas.

El motivo

Seguro que muchos de nosotros hemos experimentado incomodidad en más de una ocasión en una sala de cine. Ese personaje que no deja de comentar a su pareja, o aquel que come sus pochoclos como triturándolos y el infaltable conectado que prende su celular, todos estos factores nos pueden distraer en una secuencia importante o simplemente hacer que derivemos nuestra atención desde el film a esa insoportable compañía circunstancial. Esta situación se puede tornar muy estresante para públicos muy consustanciados con su idea de lo que es “ver una película” y que les demanda de todos sus sentidos.

La hipnosis

En lugar de poner tráileres antes de la película, el público asistente al festival recibió una sesión de hipnosis previa a la proyección. El hipnotizador fomentó ejercicios como cerrar los ojos, unir las manos como si se tratase de imanes o sentir el tacto de telas, cabellos, etc… La reacción del público al que preguntaron tras la proyección fue bastante positiva. Algunos destacaron que su concentración en la pantalla y en el sonido de la película se incrementó, “deshaciéndose de las distracciones, y sonidos externos a la proyección”.

La experimentación pretendió revalorizar el ejercicio de ver películas. Nos sentamos frente a una pantalla con expectativas y condicionamientos. Muchas veces el mercado instala fuertemente la idea de los géneros (western, terror, policial, etc.) como un pequeños instructivo de por dónde debe ir nuestra comprensión, pero una atención extrema de lo que estamos mirando le dará más posibilidades a nuestra propia y personal interpretación de la obra artística. Más allá de autores e intenciones seremos a lo Bowie, Héroes o villanos por un día, por un rato y por decisión propia.

https://youtu.be/yCQVNj4N-v4https

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