Un dispositivo policial intimista
Vallas, policías con uniforme e infiltrados, handys, fuerzas de choque, bomba hidrante, camión de bomberos, colectivos, vehículos de portes dignos de guerra de guerrillas, también participaron de la manifestación a favor de Cristina Kirchner.
La disposición del gobierno de la Ciudad, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, fue justificada por su jefe de Gabinete, Felipe Miguel, quien aseguró que la misma se debe a que: “La Ciudad tiene que garantizar el orden público y tenemos que devolverle a la vida con tranquilidad y normalidad a la gente del barrio que se vio perturbada en estos últimos días”.
En sus declaraciones indicó que los cinco días pasados fueron perturbadores para el barrio por la presencia de personas que se dieron cita en la puerta de la casa de la vicepresidenta, hasta con una olla popular.
En la mañana del sábado 27 de agosto, dos cuadras antes de esa vivienda, aparecieron vallas y fuerzas de choque en gran escala, acompañados de diferentes vehículos de seguridad, que quitaron la posibilidad de acercamiento alguno al edificio.
La calle Juncal pasando Arenales era toda azul oscuro, para el otro lado la lealtad a un líder político.
Intimidación total y absoluta es lo que proyectaba esa imagen. La foto completa estaba en las calles aledañas, en las que también había dispositivos de seguridad.
Ni aún así los militantes dejaron para después el motivo de su reunión, la que después de las 17 se desmadró, según el portavoz del Pro.
“Solo se uso agua para disuadir y dispersar”, dijo Miguel, aunque quienes estuvieron en el lugar aseguraron que las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos.
El funcionario de Rodríguez Larreta destacó el rol de la Policía y explicó que “tuvimos un grupo de personas que fueron a acompañar a la vicepresidente, tuvimos una situación de posible conflicto entre argentinos y por eso se intervino”.
“Lo que vimos hoy fue que durante unas horas las personas se manifestaron pacíficamente hasta que llegaron los violentos”, justificó Miguel y aseguró que esas personas “arrancaron espejos (de autos) y patearon los escudos (de la Policía)”.
Da para pensar que los violentos estuvieron desde el principio y está en duda que podrían haber sido los manifestantes.