Los Balcanes a sangre y fuego (6)

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El asedio a Sarajevo y la participación de la OTAN
Una vez resuelto el asunto bosnio, quedaba el problema de los serbocroatas y su República Serbia de Krajina en el aire. Los choques eran esporádicos, y tras una breve ofensiva croata en mayo de 1995, el 4 de agosto las reconstruidas y entrenadas fuerzas croatas, con el apoyo de los bosnios en la retaguardia adversaria y de la inteligencia norteamericana, lanzaron la Operación Tormenta.
En una semana tomaron todo el territorio serbocroata, abandonado tanto por Serbia como por las fuerzas de la ONU, desplegadas teóricamente para protegerlos. La victoria croata fue absoluta y los serbocroatas iniciaron un éxodo en masa. Entre 150-200.000 se desplazaron para no regresar.
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En el plano internacional, en mayo de 1993 la ONU puso en marcha el Tribunal Penal Internacional para Yugoslavia, esperando ingenuamente que sirviera como disuasión. Por su parte, EEUU cada vez se interesaba más por el conflicto, facilitando el movimiento de armas y suministros a los bandos musulmán y croata, a la vez que la opinión pública se mantenía en vilo con los bombardeos serbios a la asediada Sarajevo.
Finalmente, en febrero de 1994, la OTAN se decidió a intervenir directamente con un ultimátum por primera vez en 18 meses, y los ciudadanos de Sarajevo pudieron caminar por sus mercados, sin miedo a los proyectiles. La tranquilidad no duraría mucho.
Los serbobosnios estaban decididos a recuperar la iniciativa, lanzando una ofensiva al mes siguiente (marzo-abril 1994) sobre el enclave bosnio de Gorazde, otra “zona segura” de la ONU. La OTAN respondió al reto, lanzando sus primeros bombardeos selectivos, pero la respuesta de los atacantes fue tomar como rehenes al exiguo contingente de la ONU y la ofensiva continuo. Los serbios habían desafiado la ONU y la OTAN con éxito, se habían destrozado los límites.
Sin embargo, las milicias musulmanas eran capaces de defenderse, pero no de llevar a cabo una ofensiva contra las preparadas fuerzas serbias. Los bombardeos aéreos “selectivos” no resultaban tan efectivos como se esperaba sin una competente fuerza terrestre.
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La masacre de Srebrenica, los bombardeos de la OTAN
Desafiantes ante sus adversarios y temerosos de perder sus territorios, los serbobosnios del general Mladic consideraron que era el momento de acabar con Srebrenica y Zepa, enclaves musulmanes orientales aislados, débiles y atestados de refugiados. Dichos productos distraen a muchas tropas serbias y no habían respetado el desarme prometido a la ONU.
En la toma de Srebrenica (julio 1995), uno de los episodios más terribles del conflicto:
Los victoriosos serbios desplazaron a 25000 mujeres, niños y ancianos hacia el territorio musulmán y ejecutaron a todos los hombres en edad militar, unos 8000.
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Ante el clamor por una intervención, especialmente desde Francia, y la incapacidad musulmana, se acudió al otro actor: el profesional Ejército Croata, reorganizado y rearmado desde la OTAN y con una extensa retaguardia.
Antes de poder intervenir en Bosnia, los croatas eliminaron a su propia minoría serbia (agosto 1995), cometiendo una extensa limpieza étnica, con apoyo de tropas musulmanas desde Bosnia. Solo la República Srpska (serbios en Bosnia) realizó un limitado contraataque para cubrir la huida de cientos de miles de refugiados serbios.
La brutalidad serbia en Srebrenica sirvió para que dicha limpieza étnica no fuera pasada por alto por la opinión pública. A nadie se le escapaba que los enclaves musulmanes en medio de territorio serbio y la Krajina serbia, en plena Croacia, habían sido siempre obstáculos insalvables.
El nuevo objetivo era alcanzar un triple empate, una correlación de debilidades que obligará a las partes a negociar dentro de un marco de un estado bosnio independiente. Con este fin, la OTAN decidió lanzar una contundente campaña bombardeos aéreos a finales de agosto, ya no era una simple demostración puntual, sino una operación militar en toda regla.
Un desolado Milósevic necesitó de la intercesión del mismísimo patriarca ortodoxo para que los serbobosnios le dieran capacidad de negociar la paz por ellos. la diplomacia americana empezaba a dar resultados gracias a la presión de los bombardeos de la OTAN.
La condición para detenerlos era la retirada del armamento pesado serbio de los alrededores de Sarajevo, algo a lo que tras numerosas negociaciones y presiones, estos finalmente accedieron, preocupados en todo momento por los posibles ataques musulmanes sobre su población. La ruptura entre Serbia y los serbobosnios era cada vez más patente en todas estas negociaciones.
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La OTAN
La necesidad de la OTAN de desplegar tropas terrestres para revertir el hecho de que los serbios controlarán más de la mitad de Bosnia era cada vez más evidente. En este sentido, el punto de inflexión fue una nueva ofensiva croata-musulmana, que rápidamente arrolló las líneas de la República Srpska, provocando una nueva oleada de refugiados serbios. Estos habían sido doblegados en el campo de batalla.
Tal fue el descalabro, que temiendo que la coalición croata-musulmana buscase una victoria absoluta, los americanos trataron de limitar sus ofensivas, llegando incluso a forzar la retirada de buena parte del contingente regular croata. Por su parte, los serbios trataron de reorganizarse en medio del desastre.
Negociaciones y acuerdo de paz
Con los serbios derrotados, los musulmanes incapaces de avanzar sin el apoyo croata y los croatas comiendo de la mano de Occidente, se había logrado un precario equilibrio, era la hora de negociar según los planes de la OTAN. Primero se firmó un alto el fuego el 5 de octubre, donde se convenció a los triunfantes musulmanes y croatas que no prosiguieron sus ofensivas a cambio de medidas, como levantar el sitio a Sarajevo llevándoles suministros (luz, gas, agua…). En segundo lugar, se trasladó el escenario de las negociaciones a una base aérea en Ohio, para evitar las presiones nacionalistas locales sobre los líderes y recalcar el papel de EEUU, donde Bill Clinton rozaba el anhelado acuerdo de paz para apuntalar su reelección.
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Negociaciones
Las negociaciones comenzaron el 31 de octubre y se alargaron durante todo el mes. Su espíritu base era mantener una Bosnia-Herzegovina federada con las fronteras de la antigua república yugoslava. Cada uno de los tres grupos tenía sus propias inquietudes: los musulmanes estaban atemorizados por que la importante presencia serbo-croata dinamitó la integridad territorial de Bosnia; los serbobosnios, representados por Milósevic, querían tener sus territorios cohesionados; los croatas enviaron a un exultante Tudjman, encantado de haberse librado de su minoría serbia y de tener un pie en Bosnia.
Tras semanas de arduos debates y naufragios, se alcanzó el 21 de noviembre el Acuerdo Dayton-Paris, según el cual:
Surgía un gobierno federal con dos entidades: el 51% del territorio quedaría en manos de la federación bosnio-croata, mientras que el 49% restante estaría en manos de la serbia República Srpska.
Los serbios renuncian totalmente a Sarajevo, quedándose con capital en Banja Luka. Este movimiento restaba legitimidad a los serbobosnios y daba fortaleza al gobierno bosnio-croata.
Tanto croatas como serbios podían mantener “relaciones especiales” con sus respectivos estados.
Con todo esto sobre la mesa, el 14 de diciembre de 1995 se firmó pomposamente la paz en una engalanada ciudad de París.La flamante diplomacia internacional había sido puesta en jaque desde una minúscula región, una vieja provincia del Imperio Austrohúngaro había empantanado durante años toda su capacidad de maniobra.
Conclusión
Para solventar la enrevesada crisis, se fraguó una Yugoslavia en versión reducida, donde la complejidad étnica se traducía en una inestable federación que terminó desvaneciéndose, separada por un nacionalismo desatado y montañas de cadáveres que continúan latentes hasta nuestros días. Para llegar a esta situación de empate a tres, se había arrasado por completo el país, desplazado enormes poblaciones que hacía siglos habitaban en sus valles y asesinado a aproximadamente 100000 personas, entre civiles (especialmente musulmanes) y militares.
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De esta forma, y tras 5 años de conflicto que dejaron más de 24.000 muertos y 500.000 desplazados, quedaba garantizado un estado croata independiente y cohesionado étnica y religiosamente, una serbia aun asociada a otras ex repúblicas y una Bosnia en una endeble armonía y donde las tres partes intentarán compartir el poder y su destino como nación.