Chile consagra los “neuroderechos” para evitar cambios no consentidos mediante las neurotecnologías

Chile consagra los “neuroderechos” para evitar cambios no consentidos mediante las neurotecnologíasChile está a punto de consagrar en su Constitución los derechos del cerebro o “neuroderechos”, para preservar “la integridad física y psíquica” de la persona de cualquier modificación no consentida que pretendan infligirle cualquier autoridad o individuo a través de la neurotecnología.

El Senado chileno ya aprobó por unanimidad la reforma constitucional, pendiente de un segundo trámite en Diputados, que agrega a la carta magna la idea de preservación de “la integridad física y psíquica” del individuo para que “ninguna autoridad o individuo” pueda, a través de tecnología, “aumentar, disminuir o perturbar dicha integridad individual sin el debido consentimiento”, informó la agencia de noticias AFP.

Cuatro son los campos básicos que el proyecto plantea legislar: resguardo de los datos de la mente humana o “neurodatos”, establecer los límites a la neurotecnología de lectura y sobre todo de escritura en el cerebro, determinar una distribución equitativa de acceso a estas tecnologías y fijar los límites de los “neuroalgoritmos”.

Es una jugada visionaria para cuando se hagan realidad las historias futuristas y distópicas de películas como “El origen” (2010), donde se cambia la conducta humana a través de la implantación de ideas en el cerebro, o “Matrix” (1999), en la que el protagonista aprende conocimientos inmediatos con la instalación de un programa en su cerebro, agrega AFP.

El senador opositor Guido Girardi, uno de los impulsores de este proyecto, explicó a AFP: “Si esta tecnología logra leer, antes incluso de que tú tengas consciencia de lo que estás pensando, pueden escribir en tu cerebro emociones, pensamientos, historias de vida que no son tuyas y que tu cerebro no va a saber distinguir si fueron producto de diseños o tuyos”.

Esto, destacó Girardi, podría amenazar “la esencia del humano, su autonomía, su libertad y su libre albedrío”

El ministro de Ciencia chileno, Andrés Couve, dijo que el debate de los “neuroderechos” se “enmarca en la consolidación de una nueva institucionalidad científica en el país que hoy está capturando la atención internacional”.

Por ejemplo, el presidente chileno Sebastián Piñera propuso en la reciente Cumbre Iberoamericana a los países de la región legislar conjuntamente los derechos del cerebro.

En 2013, el expresidente estadounidense Barack Obama promovió el proyecto liderado por el científico español Rafael Yuste para dibujar el mapa del cerebro y presentó en la Casa Blanca su apuesta para investigar las causas de enfermedades como el Alzheimer, la epilepsia y el Párkinson, en el plan conocido como iniciativa BRAIN (siglas en inglés de Investigación del Cerebro a través del Avance de Neurotecnologías Innovadoras).

Yuste, uno de los mayores referentes mundiales en la materia, indicó a AFP desde la Universidad de Columbia, en Nueva York, que, aunque suene a ciencia ficción, algunas de estas tecnologías ya existen y las más remotas podrían tardar unos años en ser realidad.

“Si puedes entrar ahí (en los procesos químicos del cerebro) y los estimulas o inhibes, puedes cambiar la decisión de las personas. Esto es una cosa que ya hacemos con animales”, afirmó Yuste a la AFP.

“Para evitar una situación de dos velocidades con humanos que están aumentados y otros que no, pensamos que tendrían que ser reguladas estas neurotecnologías con el punto de vista del principio universal de justicia recogiendo el espíritu de la Declaración Universal de Derechos Humanos”, señala Yuste.

“La neurotecnología puede asustar si se piensa en los escenarios distópicos de ciencia ficción, pero por cada escenario distópico hay diez escenarios benéficos”, reconoce Yuste, quien ve a la incorporación de neurotecnología para la humanidad como “un nuevo Renacimiento”.

Por ejemplo, se aplica neurotecnología en pacientes con Párkinson o depresión a través de estimulación cerebral con electrodos para “aliviar los síntomas”, explica Yuste, o en personas sordas con “implantes cocleares en el nervio auditivo” que incorporan un micrófono, recogen sonidos del exterior y estimulan zonas del cerebro para que puedan oír.

En el futuro se espera que este tipo de tecnología también se aplique en personas ciegas, así como otras con Alzheimer a través del refuerzo de los circuitos neuronales de la memoria, agrega el científico.

“Va a ser un cambio de la especie humana a mejor”, concluye.

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