24 de marzo: Día de la memoria por la verdad y la justicia

En el día de la memoria, en que se conmemora a las victimas de la última dictadura, Argentina lucha contra un presente que amenaza con repetir el pasado

Argentina se sumerge en una profunda reflexión en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia es el día en el que se conmemora a las víctimas de la última dictadura cívico-militar. El 24 de marzo año tras año, reúne al pueblo en la Plaza de Mayo y en puntos de encuentro a lo largo y ancho del país.  Sin embargo este año, las conmemoraciones se  ven invadidas por la necesidad de protesta contra la ruptura de un consenso social que se creía alcanzado, debido al contexto político actual, bajo un gobierno de ultra derecha que ha reivindicado el terrorismo de estado y lleva a cabo políticas de aquella época siniestra que afectan gravemente  los derechos y la accesibilidad, vulnerando al pueblo trabajador.

Durante la última dictadura, las instituciones desempeñaron un papel fundamental en la imposición y legitimación del discurso autoritario. El miedo y la violencia se institucionalizaron, creando un clima de represión cultural e ideológica que buscaba erradicar cualquier pensamiento alternativo al modelo impuesto, con un objetivo claro: sentar las bases para la llegada del modelo económico neoliberal, con políticas de privatización reforzando los muros institucionales y las identidades aisladas, en el que solo se beneficiaban los monopolios económicos que ellos mismos conformaban.

El gobierno actual cuenta con la legitimidad de origen por haber ganado las elecciones democráticas, pero no así con legitimidad de ejercicio por el daño a la institucionalidad y al funcionamiento de la estructura democrática. Han llevado a cabo una serie de políticas que recuerdan a los años de la dictadura, incluida la represión cada vez más visible contra la disidencia y una actitud de reivindicación de los hechos cometidos durante el terrorismo de estado: los secuestros, desaparición forzada de personas, torturas, robo de bebes, asesinatos, acopio de las pertenencias de sus víctimas.

Además, como resultado de las políticas económicas reflejo de aquellas épocas con el desembarco del liberalismo y neoliberalismo, se han reportado cierre de organismos estatales y cese de sus respectivos servicios, numerosos despidos en diversos sectores de la economía, aumento de la precarización laboral y la inseguridad económica para miles de familias. La quita y vulneración de derechos se han convertido en una constante preocupación para el pueblo, que ve amenazadas sus condiciones de vida.

La conmemoración de esta fecha histórica, que marca el comienzo de uno de los períodos más dolorosos de la historia argentina, se convierte en un momento de movilización y protesta en todo el país. La memoria colectiva se une a la resistencia contra un gobierno que parece estar retrocediendo en el tiempo, desmantelando las conquistas democráticas logradas con tanto esfuerzo. Esta situación ha generado un clima de repudio entre los ciudadanos argentinos, especialmente entre aquellos que vivieron de primera mano los horrores de la dictadura.

Las movilizaciones en todo el país son la respuesta de la creciente indignación y la resistencia popular contra estas políticas regresivas. Más que nunca, el pueblo se une en las calles para exigir memoria, verdad y justicia, por  un futuro en el que los derechos humanos y la democracia sean respetados y protegidos.

En medio de este panorama desafiante, esta fecha adquiere un significado renovado. Es un recordatorio de las atrocidades cometidas en el pasado, pero también un llamado a la acción para evitar que la historia se repita, en un momento en el que los pilares fundamentales de la democracia están siendo cuestionados, el pueblo argentino se mantiene firme en su lucha por un país más justo, inclusivo y democrático.