La falta prolongada del suministro de gas, ha representado un retroceso en la calidad de vida de los habitantes de muchos barrios capitalinos, que poco a poco se han olvidado de la comodidad de girar la perilla y encender el horno, y han tenido que alzar el machete o el hacha, irrumpiendo incluso en parques nacionales para abastecerse de ramas de arboles, tanto para cocinar como para calefacción del hogar.

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Fotos Daniel Hernandez / Index Media

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