El lado oscuro de los EE.UU es esa marginalidad que se intenta tapar con la imagen de un ciudadano medio, el que meritocraticamente puede alcanzar todo lo que se proponga.
Las políticas que se implementaron desde siempre, apuntalaron a la idea del “sueño Americano”. Este no es otra cosa que el camino individual, al progreso y desarrollo. Un ideario popular que imagina una movilidad de clase en ascenso, con solo tener la fuerza y constancia para intentarlo.
Pero, la construcción de una sociedad tan competitiva, deja expuestos a los más débiles, y así nos anoticiamos que existen actualmente 46 millones de pobres que cobran asistencia social del estado.
Uno de los programas que conforma sus políticas de ayuda estatal a sectores marginados, es el cupón o tarjeta alimentaria. Un instrumento pensado como un subsidio a la pobreza. Su nombre es Programa Asistencial de Nutrición Suplementaria (SNAP) y fue conocido comúnmente como el Programa de Cupones para Alimentos.
Está administrado por el Departamento de Agricultura de EE.UU. y los beneficios se distribuyen por los distintos Estados de la Unión, o sea, tiene injerencia federal en todo el país. Abarca a personas de bajos ingresos o ningunos.
Consiste en una tarjeta magnética cargada con determinada cantidad de dólares para la compra de alimentos, en comercios que se adhieren voluntariamente al sistema. Los montos varían de acuerdo a la valoración que el ente que la regula, establezca del beneficiario.
Los cupones de comida empezaron a ser repartidos durante la Segunda Guerra Mundial e históricamente cargaron un monto, cuya equivalencia tiene paridad con los 100 dólares por persona aproximadamente de hoy.
En sus comienzos el programa utilizaba sellos de papel o cupones y estos eran cambiados en comercios por alimentos pre-envasados comestibles, independientemente de su valor nutricional
En Washington DC, más de una quinta parte de los residentes reciben cupones de alimentos.
Beneficios
Con la tarjeta, puede comprar cualquier alimento como: Frutas y vegetales, carne, pollo y pescado, productos lácteos, panes y cereales, bebidas no alcohólicas y semillas y plantas que producen alimentos para el hogar. Actualmente, el programa exige la concurrencia a un curso de sanidad alimentaria. Allí se enseña a comprar y cocinar comidas saludables
Los requisitos generales para acceder a la tarjeta
Si tiene entre 16 y 59 años y puede trabajar, probablemente deberá cumplir con los requisitos laborales generales que incluyen: registrarse para el trabajo, tomar un trabajo adecuado si se le ofrece, y no renunciar voluntariamente al mismo o reducir sus horas de labor por debajo de 30 por semana, sin una buena razón.
Está exento de los “requisitos generales de trabajo” si es cualquiera de estas cosas: Ya trabaja al menos 30 horas a la semana, cumple con los requisitos para otro programa (compensación por desempleo), cuida a un niño menor de 6 años o una persona incapacitada, tiene incapacidad física para trabajar, participa en programas de rehabilitación de adicciones, estudia en una escuela medio tiempo o es una mujer embarazada
Si se está desocupado es obligación mostrar comprobantes mensuales que se está intentando procurar uno.
Rechazos
Pero el plan aún tiene un estigma: quienes lo necesitan muchas veces rehúsan pedir ayuda, ya que esta manera quedaría expuesta su situación legal en el país, es el caso de los inmigrantes. Los cursos de educación alimentaria no siempre dan los resultados deseados. El crédito mensual suele consumirse en las primeras dos o tres semanas y los pobres luego de eso, van a su última alternativa, los comedores populares
Política Trump
La administración Trump está recortando los topes que la tarjeta otorga. Propone un recorte de 193.000 millones para el Programa. Esto está dentro de una política de achicamiento de beneficios sociales en general. Algunos que recibían 196 por mes, para la emergencia alimentaria, bajaron a 16 dólares.
El presidente Trump, pensando en su reelección, apuesta por la seguridad ya que considera la situación de la economía interna controlada. La partida militar aumenta un 10% (54.000 millones), también se refuerzan las fronteras con 2.600 millones para tecnología y se destinan 1.600 millones para el denostado muro con México
Quienes los reciben la tarjeta
En el año 2011, el número de estadounidenses que recibían cupones de alimentos fue de 45.183.931 Hoy la mayoría de los beneficiarios de SNAP son niños, personas de más de 60 años o discapacitados, Los bonos llegaron a 8.4 millones de personas en 2015 y acogió a un 15% de la población en 2016
En resumen, desde el fin de la segunda guerra, los EEUU se ha ocupado de una cantidad de pobres que su sistema político desplaza. Obviamente los grupos de mayor riesgo son latinos, migrantes con problemas de salud y los negros, que todavía sufren de esa discriminación racista, que gran parte del pueblo estadounidense ostenta
Quienes pagan la tarjeta
Muchos americanos de clase media alta, saben que una parte de sus impuestos es dirigida este programa, celosos amantes de las políticas de libre mercado, ven con recelo esta conducta asistencial de su gobierno. Un subsidio a la pobreza en el país de las oportunidades, es algo que no terminan de digerir
Pero, definitivamente el gobierno más liberal y pro mercado del mundo, asiste con una tarjeta alimentaria a unos 40 millones de pobres, que la propia dinámica de su política social y económica, continua generando