En un partido tan extraño como entretenido, el Millonario tardó media hora hasta encontrar fineza en la puntada final para poder romper las líneas de un inexpresivo Racing que, desde la apertura del marcador de Solari, buscó ser un equipo compacto, resignó la posesión de la pelota y se aferró a la posibilidad de contragolpear para conseguir una ventaja mayor. Y la decisión parecía ser correcta, porque no tuvo inconvenientes de gravedad durante la primera media hora, pero terminó siendo un riesgo demasiado alto.
Cuando River consiguió precisión en el último pase, el aluvión fue letal: en solo tres minutos, Santos Borré convirtió un doblete en dos jugadas que surgieron de la zurda del exquisito Palacios y luego Matías Suárez marcó su gol tras una buena asistencia de De La Cruz. Tres golpes de knock-out con los que ganó el partido entre los 33 y los 38.
Foto: Néstor Beremblum