Hay personajes históricos que son recordados, otros están ahí y otros que mueren con ellos. El caso de Juan Pedro Esnaola es parte de la deuda de la historia que está escrita y documentada pero que se cuenta poco. El Himno Nacional Argentino es el que cantamos hoy a partir de 1860.

.Por esas cosas de la vida me encontré con Carlos, a secas. Charla va charla viene me enteré de su afición: la música y sí es ‘DJ’ y de los reconocidos en el ambiente. Con la conversación puesta en los oficios y profesiones de cada quién no sé cómo pero, llegamos al siglo XIX. Estábamos en 1860, de repente.

Nombres y apellidos destacados iban y venían en el diálogo esta que, de tema en tema musical se coló uno de nuestros Símbolos Patrios: el Himno Nacional Argentino.

López y Planes, la señora de Thompson, la casona en la que se interpretó la canción Patria por primera vez. Esa era yo. Carlos me contaba de su ‘chozno’. Luz de alarma, jamás había ido más allá de un tatarabuelo. El sí, su descendencia le precede.

Y chozno de Carlos fue Juan Pedro Esnaola -quizás de ahí su amor por la música- cuyos restos hoy descansan en el Cementerio de la Recoleta, detrás de la Cripta de Alvear, desde el 8 de julio de 1878.

A todo esto, Don Juan Pedro, muy amigo de Juan Manuel de Rosas y maestro de su hija Manuelita, se había convertido en la historia del diálogo.

“El Himno Nacional Argentino, dejando de lado el tema afectivo que me une, es una de las composiciones más bellas que hay. La historia es la que más o menos nos han explicado en la escuela primaria: fue escrito por Vicente López y Planes en 1812, compuesto por Blas Parera en 1813 y se llamó Canción Patriótica”, me cuenta eufórico.

El último Esnaola, Carlos.

Esa versión se entonó por primera vez en la casa de María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, sí la misma Mariquita Sánchez de Thompson, un 14 de mayo de 1813. Una casona ubicada muy cerca a la Plaza de Mayo, en la calle Unquera, más conocida por todos, en la época, como “del Empedrado” o “del Correo”, actualmente calle Florida al 200, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Lo que la distingue del resto como ‘solar histórico’ es una mezquina placa.

La Canción Patriótica era extensa, con una connotación muy negativa hacia España en su letra, además de otros arreglos musicales. Lo que se fue dejando de lado.

“Juan Manuel de Rosas, amigo de Juan Pedro Esnaola -considerado el primer músico clásico argentino- le pide que necesita un Himno, que si puede tomar algunos elementos de la vieja canción patriótica que se había entonado hacía casi 50 años”, me cuenta Carlos.

Entonces comienza una tarea histórica cambiando arreglos, parte de la música y acortando la letra.

Entre 1847 y 1849, Esnaola hizo una primera versión del Himno Nacional Argentino –cuya música original se había extraviado– sobre la base de lo que había escuchado en su juventud. Esnaola realizó modificaciones en 1860 a la música del Himno Nacional Argentino otorgándole una versión con más orquesta, que le dio mayor riqueza en su armonía. y que fue grabada en 1897. Esta versión del fue oficializada por el Estado argentino con un decreto el 25 de setiembre de 1928. ​

Esta versión está hoy depositada en el Museo Histórico Nacional, en Buenos Aires, y formaba parte del álbum de música de su discípula Manuelita Rosas.

“En mi familia siempre estuvo presente la música aunque ninguno se dedicara a ella”, comenta a la vez que dice que cuando se hablaba del Himno en la escuela y el aludía a su chozno solo se hablaba de López y Planes, “hasta que vino el revisionismo histórico y entonces apareció Esnaola”.

Don Juan Pedro, nacido un 17 de agosto de 1808 en el Virreinato del Río de la Plata, además de crear la versión musical del Himno Nacional Argentino que se utiliza en la actualidad, fue autor de misas, requiem e himnos religiosos y de sinfonías, canciones y música de baile .

​”Peor que morirse es el olvido”, concluye Carlos a quien ya no le pregunté su apellido porque mientras más avanzaba la charla advertí que es el último Esnaola.

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