El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró hoy a su Gabinete que la cuarentena que entrará en vigencia en Inglaterra el jueves terminará el 2 de diciembre, ante el temor de la población y los parlamentarios de que la medida se extienda más allá de esa fecha.
“No tengamos duda de que ninguno de nosotros entró en política para introducir medidas como esta. No queremos hacer cosas para reprimir la libertad, no queremos hacer nada que dañe nuestra economía, para evitar que los negocios sigan con sus vidas”, expresó el líder británico durante una reunión con su Gabinete.
El primer ministro dijo que el número R, la tasa de reproducción del virus, está “apenas por encima de uno” y que la cuarentena lo volvería a poner por debajo de ese límite.
Dijo que los médicos y el personal sanitario pueden verse obligados a tomar decisiones sobre a quién atender y a quién no.
Según datos proporcionados por las autoridades sanitarias británicas, en las últimas 24 horas se confirmaron 20.018 nuevos positivos, informó la agencia de noticias Erupoa Press.
En referencia a la ocupación hospitalaria, las autoridades sanitarias de Reino Unido informaron que 11.458 personas permanecen hospitalizadas debido a a enfermedad, 1.075 de ellos con respiración mecánica.
Además el premier afirmó que muchos pacientes que no tienen coronavirus, pero padecen otras afecciones como cáncer o problemas cardíacos, no podrán recibir el tratamiento que necesitan.
Aseguró que los tests rápidos podrían ser “masivos y posiblemente decisivos” para derrotar al virus y que también habrá mejores medicamentos y la perspectiva de una vacuna.
El Ministerio de Salud de Reino Unido registró hoy un aumento significativo de muertes por coronavirus en la última jornada: 397, frente a los más de 130 registrados el día anterior, por lo que el país ya superó las 60.000 muertes debido a la enfermedad y vuelve ocupar el quinto puesto entre los países con más decesos a nivel global.
Ayer, Johnson advirtió también a los parlamentarios, quienes deberán votar mañana la medida, que “no hay otra alternativa” que entrar en un segundo confinamiento en Inglaterra porque las muertes por coronavirus en la segunda ola podrían ser más del doble que la primera.
Johnson buscó de esta forma justificar su decisión de imponer primero restricciones localizadas, a pesar de los reclamos de científicos y los representantes del Partido Laborista que insistían en una medida más estricta para frenar la propagación del virus.
Se espera que más de 80 parlamentarios conservadores se rebelen contra el confinamiento al momento de la votación, aunque el Gobierno igualmente tiene los números para aprobarla.
Desde el jueves hasta el 2 de diciembre, los pubs, restaurantes, gimnasios y tiendas no esenciales cerrarán junto con los sectores de ocio y entretenimiento en toda Inglaterra.
Las escuelas, colegios, universidades e industrias que no pueden trabajar desde casa pueden permanecer abiertas.
Los británicos deben quedarse en sus domicilios, pero se permite hacer ejercicio en la calle, ir al supermercado y salir por otras razones esenciales como el trabajo y la educación.
Los viajes fuera del país que no sean por trabajo o justificados también estarán prohibidos.
Hasta el momento, Reino Unido registra 1.073.882 casos totales desde el inicio de la pandemia y 60.051 decesos.