El padre Grassi, ahora abogado,podría salir de prisión.

Condenado por los delitos de abuso sexual agravado a menores de edad, el cura podría abandonar la prisión antes de completar su pena

En últimas horas se supo que el cura Julio César Grassi, detenido desde 2013 en el penal de Campana por los delitos de abuso sexual agravado a menores de edad, se recibió de abogado y podría salir antes de la cárcel en el mes de mayo, luego de que sus abogados apelaran la decisión judicial de junio de 2022.
De acuerdo a la información difundida, sí la Justicia falla a favor del padre condenado, podría gozar de un beneficio a partir de mayo próximo. Aunque la condena por abuso sexual al sacerdote de 66 años, que comenzó a aplicarse en 2013, regía hasta el 7 de agosto de 2026, fue extendida hasta el 30 de mayo de 2028.
En ese contexto, al cumplir 10 años en la cárcel, dos terceras partes de su condena, Grassi podría obtener la libertad condicional, lo que se especula que su abogado solicite el mes próximo, con el objetivo de que su defendido cumpla el resto de la pena desde su casa.
Durante su estadía en prisión, el cura condenado por abuso se dedicó a estudiar derecho y se recibió de abogado en la Universidad Siglo XXI. Además, mientras estuvo encerrado, no fue sancionado ni tuvo conflictos con el resto de los detenidos, motivos que también podrían ayudar a su salida de prisión.
Caso Grassi:
Julio César Grassi, es un sacerdote católico argentino, fundador de la Fundación Felices los Niños, condenado por la Justicia argentina a 15 años de cárcel por abuso sexual infantil y corrupción de menores. Se lo conocía por ser un cura mediático que solía aparecer mucho en programas de televisión para recaudar fondos para la Fundación. La primera causa por abusos sexuales fue presentada en 1991 en el Juzgado de Menores de Mercedes, pero recién después de 22 años, luego de muchas idas y venidas con el sacerdote libre, la fiscalía decidió su detención. En noviembre del año 2000, Grassi fue denunciado a través de una carta anónima por diferentes casos de abuso sexual contra chicos de la Fundación de la que estaba a cargo.
Las amenazas, intimidaciones, golpes y agresiones físicas y verbales tanto contra los denunciantes como contra los testigos fueron una constante en este caso.1 Cuatro años después de su condena, cuando finalmente quedó detenido, el obispado afirmó que iba a iniciarle un juicio canónico aunque nada de ello ha sucedido hasta el momento.2
Además fue condenado a dos años más de prisión por otra causa por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones en beneficio propio.
El director de hogares de la Fundación Felices los Niños, Juan Manuel Casolati, en julio del 2014, lo denunció ante la Fiscalía número 8 de Morón, por el robo de la comida de los niños y las donaciones de la Fundación, que se le enviaban semanalmente en lugar de ir a la Fundación, para que el padre pudiera pagar prebendas y solventar una vida de “lujo” en prisión mientras los niños pasaban necesidades y vivían en pésimas condiciones.
Grassi cumple su condena en el pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria N.º 41 de Campana, provincia de Buenos Aires.El 21 de marzo de 2017, la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina, por unanimidad, desestimó los recursos presentados por la defensa y dejó firme la sentencia que había condenado a Grassi a 15 años de prisión «por abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada». A partir de entonces quedó firme la condena emitida en el 2009 por el Tribunal Oral, confirmada en segunda instancia por la Cámara de Casación y en tercera
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