Bolsonaro abre nuevo frente tras revelar que tiene un sistema paralelo de inteligencia

Visita de Estado del presidente Jair Bolsonaro.

La revelación del presidente de tener informantes que trabajan por fuera del sistema legal robustece la histórica alianza de la familia Bolsonaro con los uniformados de Río de Janeiro que pertenecen a las “milicias” o grupos parapoliciales que nacieron para combatir ilegamente al narcotráfico.

Un servicio de inteligencia paralelo que le avisó de las operaciones policiales contra sus hijos y la negativa a entregar su teléfono celular en caso de que la corte suprema lo requiera son los nuevos frentes que se le abren al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Dos policías miembros de esta organizaciones de la llamada “Oficina del Crimen” salieron del barrio cerrado donde vive Bolsonaro en Barra de Tijuca para matar a la concejal socialista Marielle Franco en marzo de 2018 pero la policía no encontró vinculo entre el presidente y este episodio.

Brazilian President Jair Bolsonaro covers his face with a face mask during a press conference regarding the COVID-19, coronavirus pandemic at the Planalto Palace, Brasilia on March 18, 2020. (Photo by Sergio LIMA / AFP) Via Telam.

“Las bandas parapoliciales nacen con el vacío del Estado en el combate al tráfico de drogas, sobre todo en Río. Lo que contó Bolsonaro deja más evidente que existe la vinculación del presidente y su familia con estas bandas parapoliciales. Esto es algo concreto”, dijo a Télam el jefe del bloque de diputados del opositor Partido de los Trabajadores (PT), Enio Verri.

A partir de ahora, según Verri, tanto el Congreso como el Supremo Tribunal Federal, podrán determinar hasta donde va la relación de Bolsonaro con las bandas parapoliciales.

“Cuando eso se descubra será un gran escándalo para el país”, afirmó Verri

Anoche, al hablar durante 55 minutos exaltado en la puerta del Palacio de la Alvorada, Bolsonaro descartó haber manipulado a la Policía Federal, tras la exhibición de una video liberado por la Corte Suprema de la reunión de gabinete del 22 de abril.

Esa reunión es evaluada como prueba en el proceso que el Supremo Tribunal le abrió a Bolsonaro tras la denuncia del ex juez Sérgio Moro, que renunció al Ministerio de Justicia y afirmó que el presidente quería manipular a la Policía Federal.

Es en este marco que Bolsonaro confiesa que tiene un “servicio de informaciones propio” que actúa “mucho mejor” que la inteligencia militar y policial del gobierno.

Él dijo que policías y militares le envían informaciones a su celular desde todo el país, por fuera de las fuerzas. Incluso reveló que cuando iban a allanar la casa de uno de sus hijos en Río de Janeiro policías que iban a participar del operativo le avisaron.

En el video de la reunión de gabinete, el presidente ultraderechista dice que la mejor forma de enfrentar a gobernadores e intendentes que prohíben aglomeraciones por la cuarentena es armar a la población.

“No hay libertad sin el pueblo armado, el pueblo sin armas está esclavizado”, afirmó.

Después de esa reunión de gabinete, Bolsonaro le quitó potestad al Ejército para participar del control de armamento.

El video del escándalo, para el senador opositor Randolfe Rodrigues, del partido Rede, “muestras las intenciones nefastas del presidente” de liberar armamento para las bandas bolsonaristas paramilitares.

“Ellos hablan de armar a toda la población pero Bolsonaro ya demostró tener relaciones directas con el submundo del delito. En el pasado como diputado pidió la legalización de las milicias”, dijo Rodrigues.

Varios pedidos en el Congreso ya comenzaron a ser presentados para que Bolsonaro muestre cuál es su red de información privada desde dentro de las fuerzas.

Esta revelación se suma a la amenaza hecha por el propio presidente de que en el marco de la investigación por obstrucción de la justicia no entregará su teléfono celular al juez de la corte Celso de Mello.

La oposición pidió al Supremo Tribunal Federal confiscar el celular de Bolsonaro, y Mello pasó ese pedido al fiscal general, que es el acusador en el proceso.

Sin embargo, el gobierno se adelantó y advirtió que la corte suprema podría desestabilizar al país con esta “afrenta”.

Lo hizo el general Augusto Heleno, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, quien al igual que el presidente defiende el golpe de Estado de 1964 que instaló la dictadura hasta 1985.

Heleno fue asesor del Ministerio de Defensa en los años 70 y Bolsonaro aparece en el video diciendo que el golpe de 1964 evitó la instalación del comunismo. “Estaría hoy la población cortando caña de azúcar por 20 dólares por mes”, dijo.

El proceso de la corte es diferente al del impeachment porque se trata de un crimen común, no de responsabilidad.

Si el fiscal general denuncia tras la instrucción al presidente, debe hacerlo ante la Cámara de Diputados, que debe votar si la acepta, para lo cual necesita dos tercios de los votos.

En caso de aceptación, Bolsonaro debe ser suspendido del cargo por 180 días y en ese lapso ser juzgado por el Supremo Tribunal Federal y si es encontrado culpable, destituido.

En línea paralela, están en el cajón del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, 32 pedidos de juicio político por diversos delitos acumulados en 15 meses de gobierno.

El último fue presentado por el PT y otras 400 entidades y partidos de izquierda, por haber cometido delitos contra la salud pública frente a la pandemia, convocando a la población a quebrar aglomeraciones.

En el video del escándalo, Bolsonaro defiende haber ido a ver personas en barrios populares. “Tengo la libertad de ir y venir, un político debe estar cerca de su pueblo, todos deberían ver cómo vive la gente”, afirmó.

Estas partes del video son mostradas por los bolsonaristas como una conquista en el día después del escándalo que generó la reunión de gabinete.

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