Alberto Fernández rompió el silencio
Alberto Fernández, expresidente de Argentina de 65 años, ha permanecido en su departamento en Puerto Madero durante los últimos días, tras ser denunciado por violencia de género y acoso psicológico por su expareja y madre de su hijo, Fabiola Yañez. Desde que se difundieron las imágenes que muestran a Yañez con un ojo morado y un brazo con moretones, Fernández ha mantenido las cortinas cerradas para evitar que los drones capten detalles de su vida privada y la crisis que enfrenta tanto personal como políticamente.
El diario El País solicitó una entrevista con Fernández antes de que estas fotos salieran a la luz, pero recibió una negativa por parte del entorno de la ex primera dama. Sin embargo, el expresidente accedió a hablar con el periódico, acompañado de su abogada Mariana Arce. Durante la conversación, Fernández negó rotundamente haber agredido a Yañez, sugiriendo que alguien la incentivó a denunciarlo, un argumento que, según expertos, es común entre los acusados de violencia machista.
Por su parte, Yañez, aunque rechazó hablar con El País, ofreció una entrevista a Infobae, donde mencionó que las circunstancias de violencia física están bajo investigación judicial. Asimismo, relató cómo las constantes infidelidades de Fernández hicieron de su vida un calvario durante los cuatro años que vivió con él en la residencia presidencial de Olivos. Yañez también denunció haber sido víctima de acoso telefónico y psicológico por parte del expresidente, quien la habría amenazado reiteradamente con suicidarse si ella tomaba determinadas decisiones.
Entre los episodios más impactantes que contó Yañez, se encuentra el descubrimiento de un video en el que una reconocida periodista le dice “te amo” a Fernández en su despacho de la Casa Rosada, video que encontró en el teléfono de su hijo mientras le ponía música para dormir. Este y otros materiales, que descubrió por casualidad, mostraban las infidelidades de su pareja.
Yañez también rememoró los días posteriores a la celebración de su cumpleaños en la residencia de Olivos, cuando el país estaba bajo estrictas restricciones por la pandemia. La publicación de las fotos de ese evento afectó gravemente la credibilidad del gobierno de Fernández, quien inicialmente negó su responsabilidad y luego la atribuyó a “mi querida Fabiola”. Según Yañez, Fernández la culpó constantemente por la pérdida de las elecciones legislativas y el declive de su gobierno.
Fernández, por su parte, sostiene que la acusación es falsa y que probará su inocencia en los tribunales. Sin embargo, el caso avanza rápidamente y la policía ya ha allanado su departamento, incautando su teléfono celular. Aunque Fernández insiste en que nunca golpeó a Yañez ni a ninguna otra mujer, la evidencia en su contra, incluidos chats y fotografías, sigue acumulándose. En uno de esos chats, Yañez supuestamente le decía que la había golpeado tres noches seguidas, a lo que él respondió: “Me cuesta respirar. Por favor, pará. Me siento muy mal”. Fernández, al ser interrogado sobre este mensaje, afirmó que no recuerda la conversación porque todos los chats con Yañez de 2022 y 2023 desaparecieron de su celular.
En la entrevista, Fernández también se refirió al deterioro de su relación con Yañez, describiendo su convivencia en Olivos como plagada de discusiones y momentos difíciles, aunque siempre negando cualquier tipo de violencia física. A lo largo de la conversación, el expresidente trató de minimizar los hechos, aludiendo a ellos como simples problemas de pareja y sugiriendo que él también fue una víctima en esta relación.
Finalmente, Fernández dejó claro que su prioridad es demostrar su inocencia ante la justicia, y aunque aceptó hablar con El País, insistió en que revelará los detalles más delicados únicamente en los tribunales. El escándalo que rodea esta denuncia ha tenido un fuerte impacto en Argentina, con el actual presidente, Javier Milei, señalando un doble estándar en el progresismo. Fernández, sin embargo, rechaza cualquier doble moral, reiterando su compromiso con las políticas de género y su voluntad de probar su inocencia.
Este caso ha puesto en el centro del debate público temas delicados como la violencia de género y el acoso psicológico, y ha generado una profunda controversia en la sociedad argentina. Fernández se enfrenta ahora a un proceso judicial en el que tendrá que defenderse de graves acusaciones, mientras el país observa atentamente el desenlace de este escándalo.