A 75 años de la rendición de Alemania: “La mayor explosión de alegría”, según Churchill
La Alemania nazi capituló incondicionalmente hace 75 años, el 8 de mayo de 1945, durante el llamado “Día de la Victoria” en Europa, cuando el mariscal alemán Wilhelm Keitel firmó la rendición incondicional en Berlín ante el mariscal soviético Gueorgui Zhukov, tras seis años de guerra que causaron más de 40 millones de muertos.
Un día antes, el 7 de mayo, las fuerzas nazis se habían rendido en Reims, en el noreste de Francia, ante el general estadounidense Dwight D. Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa.
Los delirios políticos de Adolf Hitler, quien se suicidó junto a su esposa Eva Braun en el búnker de la Cancillería alemana, el 30 de abril de aquel año, provocaron el exterminio de 6 millones de judíos y millones de otras razas a las que los nazis consideraban inferiores.
En realidad, los alemanes ya se habían rendido al Ejército Rojo de la ex Unión Soviética el 2 de mayo de 1945, después del suicidio del Führer en el refugio subterráneo.
Pero el primer documento de capitulación fue firmado en Reims por el general alemán Gustav Jodl, bien temprano a la mañana en una escuela de dicha ciudad de este de Francia.
También suscribieron el documento el general estadounidense Bedell Smith, el general ruso Ivan Susloparvov y el general francés Francois Sevez.
Jodl dijo que las fuerzas alemanas “para bien o para mal, se habían entregado en manos de los vencedores”, según informes de la BBC.
Aparentemente, el general Eisenhower trató de demorar los detalles de la rendición para realizar un anuncio en simultáneo con Londres, Washington y Moscú.
Pero el líder soviético, Joseph Stalin, no estaba conforme con esa decisión y, obviamente, tenía sus razones: los rusos habían tomado Berlín y pagado un alto costo de vidas durante la invasión alemana, conocida como “Operación Barbarroja”, que causó a los soviéticos unos 4 millones de muertos.
Por ese motivo, el anuncio de la rendición se realizó también al día siguiente tras un acuerdo entre el primer ministro británico, Winston Churchill, Stalin y el presidente de Estados Unidos, Harry Truman.
La capitulación incondicional se firmó en la noche del 8 al 9 de mayo en un antiguo casino militar en Karlshorst, en el este de Berlín, hoy convertido en museo.
La fecha fue declarada feriado nacional para conmemorar el “Día de la Victoria en Europa” y el fin de la Segunda Guerra en el Viejo Continente, salvo en Rusia (por la diferencia horaria) donde se celebra cada 9 de mayo como el fin de la Gran Guerra Patria.
En su libro “La Segunda Guerra Mundial”, que narra con precisión varias crónicas de aquella contienda bélica, Churchill recuerda con satisfacción aquellos días de gloria.
“La rendición incondicional de nuestros enemigos fue la señal para la mayor explosión de alegría en la historia de la humanidad. No cabe duda de que la Segunda Guerra Mundial se libró en Europa hasta su amargo final. Tanto los vencedores como los vencidos experimentamos un alivio indescriptible”, escribió.
Tras los acuerdos de Yalta, firmados entre el 4 y el 11 de febrero de 1945 en la península de Crimea, los aliados se dividieron Alemania en dos partes, una oriental, controlada por los soviéticos, y otra occidental, subdividida a su vez en zonas bajo control respectivo de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
A principios de octubre de 1949, en la zona bajo dominio soviético se creó la República Democrática Alemana (RDA), que desapareció con la integración definitiva del país en 1989, tras la caída del Muro de Berlín.
La Segunda Guerra Mundial finalizaría meses después de la capitulación de la Alemania nazi, con la rendición del Imperio de Japón, el 2 de septiembre de 1945, tras arrojar Estados Unidos sendas bombas atómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y el 9 de agosto de ese año, respectivamente.
Algunos historiadores consideran a este conflicto como el más largo y más sangriento de la historia, ya que causó entre 40 y 50 millones de muertos, según la Enciclopedia Británica.