Tres horas y media dentro del avión, en pista. El asiento 4 D fue cómodo pero no lo suficiente para tanta espera. Descargas eléctricas, mal tiempo, combustible a mitad de camino, conflicto gremial, la hicieron bajar a las 21 y esperar en zona de embarque la decisión de la Aerolínea pero también del aeropuerto. El vuelo se reprograma para el viernes a las 4 de la mañana, el de Paola. El resto sigue la cadena.

Hoy, jueves 8 de setiembre, lejos de ser un día silvestre es de esos intensos en los que pasan muchas cosas en distintos lugares; casi siempre nos enteramos de las malas y pocas de las buenas.

Paola padeció una de las malas. ¿Sola? no, con otras 5 mil personas entre las que se iban y llegaban a Buenos Aires. No porque el vuelo debió ser reprogramado, al igual que sus actividades en destino, sino por la incertidumbre de la irresolución.

Los que volamos seguido tomamos en consideración diversos factores: cambios de horarios y rutas, paros de personal y controladores aéreos, cancelaciones y un sin fin de situaciones que pueden producirse mientras estás esperando que anuncien el ‘bording’ de tu vuelo y leas apenas checar: ‘Very Nice a Trip’.

“Mi vuelo salía a las 18.45, obvio yo estuve dos horas antes” me dice mientras hace la fila, larga por cierto, para que reprograme su viaje, “Ni sé que día me darán”; su voz transmite cierto nerviosismo pero sin enojo.

Justo antes de su vuelo, también demorados había programados otros dos, incluso en uno de ellos viajaría funcionarios tucumanos y tucumanos con cargo en el gobierno Nacional, como Regino Amado y Hugo Cabral. “Esos vuelos sí despegaron, tarde, pero lo hicieron”, confirma.

Entre relámpagos que veía desde las ventanillas, la espera que desespera-tres horitas- el camión con nafta que no podía acercarse a la nave debido al mal tiempo, y el conflicto aeroportuario del que no sabía nada, Paola bajó del avión con su equipaje de mano.

“Nos dijeron Alerta Roja, imaginate, qué se yo lo que es”, afirma mientras aduce que en la sala de embarque estaban muchos estudiantes que debían abordar para iniciar su viaje de egresados además, de muchas personas. “Aún no nos dan las valijas y son las 21.26”.

En medio de cánticos y desborde público, las aerolíneas confirmaron que no saldrán vuelos esta noche y todos deberán ser reprogramados, quizás para la madrugada de este viernes 9.

Son las 22.35 y Paola sigue en fila de espera al igual que los demás viajeros.

Hasta el momento hubo 16 vuelos cancelados y otros 41 demorados, próximos a ser reprogramados.

La teoría de las cancelaciones

Iban de hora en hora, cancelaban y autorizaban vuelos, o al menos eso decían. Lo cierto: descontento gremial.

“Las demoras fueron ocasionadas por la asamblea de APLA protesta por el vencimiento de la conciliación obligatoria y ante la falta de propuestas superadoras para resolver las negociaciones por recomposición salarial, convenio marco, y la política aerocomercial actual y su impacto en nuestra actividad, según informaron por redes sociales”.

¿Y Paola?

Pensando si: duerme en la silla de embarque o la buscan para volver a casa.

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