La cruel Ciudad contra la indigencia Firmeza frente al “vandalismo” en contenedores: cómo acciona el Gobierno porteño cuando personas sin hogar buscan en la basura
Buenos Aires, Argentina - 18 mayo, 2025: Jorge Macri habla en escenario del PRO. Silvia Lospennato reconoce la posicion de su partido en el Bunker PRO. Foto: UNAR AGENCY
BUENOS AIRES, Argentina – 4 agosto, 2025. Con una orden tajante, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, instó al Ministerio de Seguridad y a la Policía de la Ciudad a perseguir y sancionar a quienes “remuevan basura de los contenedores y ensucien nuestra ciudad”.
“Di la orden al Ministerio de Seguridad y a la Policía de la Ciudad que, si encuentran a alguna persona o grupo de personas removiendo bolsas de residuos, les exijan que limpien y ordenen todo de inmediato. Si se niegan, que los sancionen según la normativa vigente”, manifestó Macri en conferencia de prensa.
Según el artículo 94 del Código Contravencional de la Ciudad, quien “mancha o ensucia por cualquier medio bienes de propiedad pública o privada” enfrenta entre uno y quince días de trabajos de utilidad pública, o una multa que va de 81 a 1.217 unidades fijas (equivalentes a $731,62 cada una). Esta penalidad se duplica si el hecho se comete desde un vehículo motorizado o afecta monumentos, edificios públicos, templos, hospitales o estaciones de subte y tren.
En total, el Gobierno porteño administra 33.045 contenedores: 28.456 de tapa fija (negros y grises) y 4.589 verdes destinados a material reciclable. Para reforzar la limpieza urbana, ya se instalaron 7.000 contenedores antivandálicos, con tapa de resorte que impide extraer bolsas pero facilita el depósito de residuos.
A pesar de estas medidas, entre enero y junio de 2025 se vandalizaron 25.546 contenedores en la vía pública —un promedio superior a 4.200 incidentes mensuales—, según datos oficiales. La detección de daños se realiza tanto a través de los verificadores callejeros como por los reclamos de los vecinos.
La mayoría de las roturas se solucionan reemplazando pedales, tapas o tensores, aunque en numerosos casos los contenedores han quedado destruidos por completo. El despliegue de nuevos modelos antivandálicos se concentró en las zonas con más reportes de volcado de basura y robos de bolsas.
Este sistema “tipo buzón” no solo impide el saqueo, sino que también evita derrames de líquidos y dificulta que personas en situación de calle se resguarden en el interior del contenedor. Además, bloquea el depósito de escombros y residuos de gran porte, que suelen obstruir la maquinaria de vaciado.
El calendario de recolección de residuos domiciliarios establece que los camiones pasan de domingo a viernes entre las 19 y las 21 horas. Fuentes oficiales recuerdan que respetar estos horarios reduce malos olores y la proliferación de roedores. En el caso de comercios gastronómicos, la obligación de separar los residuos y depositarlos siempre en bolsas es clave para evitar sanciones adicionales.
Para aquellos desechos de gran volumen —restos de mampostería, muebles u otros materiales—, la Ciudad ofrece un servicio gratuito de retiro a demanda a través de la aplicación BOTI o comunicándose al 147. Sin embargo, la línea 147 recibió más de 12.000 solicitudes de recogida de material voluminoso en el primer semestre, lo que ha generado demoras de hasta dos semanas en algunos barrios.
Con estas directivas y sanciones, el Gobierno porteño busca no solo preservar la higiene urbana, sino disuadir el “vandalismo” que, según sus palabras, “ensucia y degrada” el espacio público. Sin embargo, organizaciones sociales advierten que la persecución penal de quienes rebuscan en la basura profundiza la criminalización de la pobreza y la indigencia, y reclaman políticas más inclusivas que atiendan el fenómeno de la falta de vivienda en la Ciudad.
