Javier Milei: el resultado del fracaso de la política

Javier Milei
Twitter @JMilei
El candidato libertario se acercó a la Cámara Baja de la Nación luego de una gran elección en la Ciudad de Buenos Aires.

El pasado domingo 12 de septiembre el gobierno nacional sufrió un duro revés en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias de medio término. Estos resultados sacudieron al Frente de Todos y provocaron profundas renovaciones en, por ejemplo, los gabinetes de Nación y Provincia de Buenos Aires. Una de las sorpresas de la jornada electoral fue el sorprendente resultado obtenido por el partido ultraderechista Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires. El 13,66% del electorado que se presentó a votar eligió a la lista encabezada por Javier Milei, lo que la coloca tercera por detrás de JxC y el FdT. Charlamos con algunos analistas políticos para entender el porqué de este fenómeno.

Antes de meternos de lleno en el análisis del tema central, es importante refrescar el panorama. El Gobierno del Frente de Todos sufrió una importante pérdida de votos en todo el país en comparación con las PASO de 2019. En aquella oportunidad cosechó 11.060.233, mientras que hace días obtuvo casi 7.000.000, o sea unos 4 millones menos. Por su parte, Juntos por el Cambio, la alianza más votada a nivel nacional, sumó poco menos de 800 mil votos más que hace dos años y se acercó a los 9 millones. De este modo, no se podría decir que la fuga de los votantes del FdT fue a parar a JxC. Estas fueron las PASO con el menor porcentaje de participación ciudadana de la historia, pues solo el 66,2% del padrón emitió su sufragio. Evidentemente hubo un amplio sector de la población que votó al oficialismo en 2019 y en esta ocasión no participó de los comicios, probablemente por estar desencantados con el gobierno nacional. Pero quedarse solo en eso sería omitir dos factores claves: el crecimiento de la izquierda, que se posicionó como tercera fuerza a nivel país, y el de la ultraderecha libertaria, que hizo una gran elección en la Ciudad de Buenos Aires.

El crecimiento de Javier Milei en la Ciudad de Buenos Aires

Luego de años de mediatización, en los que fue por lejos el economista con más segundos de aire en la TV argentina, y con una pandemia de por medio, Javier Milei logró hacerse un lugar en la política. Libertad Avanza, partido cuya lista encabeza Milei, se posicionó como tercera fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, con un nada despreciable 13,66% de los votos, o sea casi 240 mil. De mantenerse estos resultados, al igual que los de la Provincia de Buenos Aires con José Luis Espert a la cabeza, donde el porcentaje fue de casi el 5%, los libertarios conseguirían 4 bancas en el Congreso de la Nación: 2 por cada distrito mencionado. Eso mismo estuvo bastante lejos de ocurrir en las demás provincias en las que los partidos alineados compitieron. Pero lo sucedido en la Capital Federal tiene muchas aristas para analizar.

La efusividad de Milei, casi siempre acompañada de insultos y violencia, sin dudas le dio un lugar privilegiado en los medios de comunicación, quienes en parte lo usaron para generar interacciones. Desde allí, el economista creó un perfil, una identidad política en la que prácticamente todo le parece de socialista, marxista y de izquierda, y en la que toda intervención estatal es sinónimo de comunismo. Tan a la derecha se ha posicionado Milei, que no ha tenido reparos en tildar de chavistas a Horacio Rodriguez Larreta y María Eugenia Vidal, además de asegurar que el Gobierno de Cambiemos durante 2015-2019 fue de corte socialista. Para el ahora candidato a diputado nacional todo es de “zurdo”, en todo ve a la izquierda, pero ese claro desorden de conceptos tiene sin dudas un trasfondo.

¿Por qué creció tanto este discurso del odio?

“Las identidades políticas siempre se constituyen en contraste con otro. Por ejemplo, JxC necesita construir al kirchnerismo y al peronismo fuera de la ley, de la República y de la democracia, como autoritarios o como beneficiarios de privilegios, para constituirse ellos en el lugar de la ley, de la moral, de la democracia. Para eso usan mucho su alianza con los sistemas de medios dominantes. Construyen al Gobierno en una serie de identidades y delitos negativos como autoritarismo, privilegios, fuera de la ley, para ellos hacer contraste. Lo que da la impresión de Milei es que como político no intenta construirse en contraste con otro, sino con todo el sistema político. Por eso, la constitución de esa identidad exige el trastrocamiento de todas las identidades previas. Esa lógica es la que lo lleva a trastocar todo el lenguaje”, sostuvo el sociólogo y periodista Daniel Rosso.

“En ese sentido, esta idea de libertad absoluta los lleva a que puedan hacer con su intervención en el lenguaje más o menos lo que quieren, porque está asimilado libertad absoluta y arbitrariedad, es como lo mismo. Y por eso también hay una asociación fuerte en este discurso entre libertad y violencia, porque como hay una idea de libertad absoluta puedo insultar, puedo golpear, puedo eliminar al otro“, agregó el exsubsecretario de Medios de la Nación y exsecretario de Comunicación de la Ciudad de Buenos Aires. Rosso explica que Milei busca unificar a todo el espectro político en una masa uniforme de izquierda, y entonces la única parte “saneada” del sistema es la suya.

“El contexto es fundamental para entender el crecimiento de algunos de estos sectores políticos. El contexto en todo sentido, por ejemplo el internacional que ha dado lugar, a través de nuevas formas de subjetivación, al crecimiento de una derecha, a la que podríamos ubicar como una mezcla de neofascista y con esta cuestión de una glorificación de una libertad absolutamente solipsista. Una libertad vinculada al cinismo y al quiebre de todo lazo con los demás”, advierte Daniel Feierstein, sociólogo, investigador del CONICET y consultor de las Naciones Unidas, quien sí comparte el concepto de una clase política “totalmente divorciada del sentir popular”, como denuncia esta ultraderecha que irrumpió en el escenario político.

Feierstein atribuye a ese contexto el crecimiento de los que se presentan como por fuera de la política o de la antipolítica: “El crecimiento del voto en blanco, de la izquierda que históricamente se ha presentado por fuera del sistema político, o el de figuras como Milei o el propio (Facundo) Manes que se presentan como lo otro de la política”. El analista explica que estas fuerzas han crecido producto del divorcio de los sectores políticos con las necesidades sociales, y admite que la situación es muy similar a la del 2001.

“La situación de enorme desigualdad que excede a la pandemia, no solo no se mejoró sino que empeoró, y se observó una dificultad del Gobierno para poder responder a las necesidades sociales, sobre todo con la contundencia que se requiere cuando tenés millones de personas por debajo de la línea de la pobreza con un empleo formal, más allá de los desocupados, los desocupados estructurales, del empleo informal, de la subocupación, entonces son fenómenos que no se resuelven ni con un bono ni con un IFE, que requieren una intervención muchísimo más contundente”, analizó Feierstein.

“Hay un avance de la antipolítica a través de “todos los políticos son corruptos, la política es mala, hay que administrar en vez de hacer tanta política”, como que la economía que plantean es una sin ideología, lo cual es absolutamente falso. Estos grupos proponen un modelo de sociedad exclusivista, desigualitaria”, afirma Miguel Ángel Forte, sociólogo especialista en Ciencia Política y exdirector de la carrera de Sociología de la UBA.

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Los libertarios piden flexibilización laboral, acusan de zurdo a todo aquel que no comparta sus pensamientos, los llaman “zurdos de mierda”, y minimizan y hasta niegan la última dictadura cívico militar, la cual dejó más de 30.000 desaparecidos en todo el país: la segunda en la lista de Libertad Avanza en la Ciudad es Victoria Villarruel, una negacionista a tiempo completo. Su candidato principal en la capital, por ejemplo, ha llegado a proponer privatizar las veredas, mientras que José Luis Espert, candidato en la Provincia de Buenos Aires, dijo en reiteradas ocasiones que pretende arancelar las universidades públicas. En fin, la lista de aberraciones es interminable. Pero, ¿qué porcentaje de los votantes está favor de todas estas políticas y cuál los eligió para transmitir su voto bronca a los partidos tradicionales?

“No estoy seguro, pero no creo que sea un voto netamente ideológico. Es mucho más probable que tenga que ver con la metabolización del malestar con la política y, en ese sentido, una figura como la de Milei que se presenta hablando desde afuera de la política, más en el lugar de enunciación del lugar del ciudadano común, y cuestiona a la dirigencia política logra empatizar con una parte del electorado, y eso principalmente explica cómo le fue”, comenta Manuel Zunino, sociólogo y director asociado de la consultora Proyección Consultores.

La pandemia agravó profundamente muchas cuestiones estructurales, además de crear un panorama desolador en muchos aspectos. Y en esa clase de contextos es que, históricamente, tienen más penetración en las masas los discursos del odio, el simplismo, el buscar un chivo expiatorio. Salvando las enormes distancias, los apoyos de las sociedades a genocidios y golpes de Estado se dieron, a lo largo de la historia, a través de la asimilación de discursos similares.

En este caso, los culpables son los “zurdos de mierda” y sus políticas que destruyeron al país. Algo al menos curioso, pues nunca jamás un partido netamente de izquierda gobernó Argentina, aunque sí lo hicieron muchos de derecha, ya sea conservadores o liberales, quienes estuvieron en el poder durante gran parte de la historia. Este argumento es un tanto parecido a los supuestos “70 años de peronismo“, un dato objetivamente falso, pero muy arraigado en la sociedad. En los noventa y durante 2015-2019, por ejemplo, se tomaron medidas similares a las que el libertarismo pide intensificar, y los resultados están a la vista.

“Buscan polarizar por ahí y además abusan de un desconocimiento muy fuerte. En TV tuve que explicar qué era el comunismo y el socialismo, porque los chicos a todo lo que sea intervención del Estado le llaman comunismo, que es un poco lo que alientan los grupos de ultraderecha liberal, es decir todo lo que tiene que ver con participación del estado se dice colectivista, comunista, sin saber exactamente de qué se trata esto, la ignorancia también es parte de este proyecto político por supuesto“, sostiene Forte.

La juventud como base: ¿la rebeldía se volvió de derecha?

“Es muy bueno el título de Pablo Stefanoni que pregunta si la rebeldía se volvió de derecha, y creo que sí, que en un contexto donde se construye una corrección política supuestamente progresista y sin profundidad, sin contenido, que solamente parece pasar por utilizar la e o por obligarnos a hablar de una manera, pensar de una manera, a querer como imponer lo que uno tiene que opinar del mundo sin poder realmente darse el espacio para discutirlo, los que cuestionan esa corrección política aparecen como rebeldes y se vuelven mucho más interesantes para la juventud”, reconoce Feierstein, que agrega que el campo popular se ha centrado en cuestiones importantes como las mencionadas, pero que son marginales con respecto a las necesidades y los sufrimientos de la población. “Le han regalado la incorrección a una derecha que busca acrecentar la injusticia”, cierra.

“La educación pública se dedica al lavado de cerebros, independientemente de si es de gestión privada o pública, al estar menos expuestos a ese proceso de lavado de cerebro los jóvenes son más proclives a aceptar nuevas ideas, por eso se convirtieron en la base del movimiento”, dijo Milei hasta el cansancio en muchas oportunidades. Justamente es esa juventud, muchos de ellos adolescentes o adultos muy jóvenes, la que constituyen su base de votantes. Hablamos de personas que en muchos casos están teniendo su primer acercamiento a la política.

Como dijimos, pandemia, inflación, desempleo, bajos salarios, y la lista podría seguir y seguir. Para esta juventud libertaria el status quo es el peronismo, la izquierda, el marxismo, el comunismo, lo que sea, olvidemos un segundo que todos esos conceptos son distintos uno del otro. Lo primero que vieron es un Gobierno popular que los hizo quedarse en casa, con lo que eso significa en la adolescencia, que es sinónimo de rebeldía. En la lucha contra las restricciones sanitarias, la ultraderecha se apropió de la palabra libertad. Los jóvenes ven y sufren un desastre económico, y en medio de la desesperación llega un discurso de odio y simplismo que les da explicaciones muy fáciles de entender. Naturalmente, también tiene mucho que ver la evidente falta de cercanía con la realidad de la “política tradicional” en muchas ocasiones.

¿Una moda o el nacimiento de una nueva fuerza?

En muchas elecciones de medio término hubo grandes sorpresas, de hecho también en presidenciales, partidos o nuevas figuras que daban el batacazo y parecía que se llevarían todo por delante, pero luego, inmediatamente después de los comicios, quedaban nuevamente fuera del mapa político. Aquí, de base, hay algo muy distinto. Milei no construyó su figura en contraste con el partido hegemónico, sino con todo el arco político en su conjunto.

“Los libertarios van a tener un desafío por delante que es ser parte del sistema político. Si en las elecciones generales se repiten los resultados, Milei y su compañera van a ingresar a la Cámara, y a partir de ahí no van a poder tan fácilmente presentarse como ajenos al sistema político, sino que van a tener que buscar otras estrategias para posicionarse, ahí van a tener una dificultad”, prevé Zunino.

“No creo todavía haya permeado con tanta fuerza ese discurso “anticomunista” en grandes grupos de población, pero si me parece que es peligroso porque comienza a permear en la juventud y es un riesgo, sobre todo porque quizá pueden permear otras cosas, otras formas de utilización del odio. Quizá pueda tener más cabida un odio antiinmigrante, o un odio más de clases, me parece que hay como distintas variantes que puede encontrar ese discurso que busca utilizar estratégicamente el odio y que puede ser lo suficientemente versátil para ir cambiando sus objetos de odio. De todos modos no deja de ser preocupante”, advierte Feierstein. La “lucha contra el comunismo”, comunismo muy entre comillas, está llena trágicos y sangrientos antecedentes para la historia argentina: en nombre de ella se ha torturado, asesinado y desaparecido a miles de personas.

Se crece por derecha, pero también por izquierda

Si bien no es el tema principal de esta nota, sería injusto no destacarlo. La izquierda se posicionó como tercera fuerza a nivel nacional: capitalizó muchos votos desencantados con el Frente de Todos, que también sufrió una pequeña fuga a través de Vamos con Vos de Florencio Randazzo, pero más que nada del ausentismo a los comicios de una importante parte de sus votantes. La izquierda sacó 23,3% en Jujuy, si sumamos todas las listas de Ciudad y Provincia de Buenos Aires obtuvo 10% y 7% respectivamente y 10% también en Mendoza, entre otros buenos resultados. En fin, otra advertencia para el gobierno nacional.

Publicado por: Vardan Bleyan

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