Un sueño frustrado: la historia de un futbolista en la Unión Soviética

Unión Soviética

Ser futbolista es el sueño más común de un niño, y no es para menos, estamos hablando del deporte más popular del mundo. ¿Pero cómo era esta profesión en la disuelta Unión Soviética? Una crónica de la carrera del ex jugador Hovhannes Bleyan nos ayuda a comprenderlo.

Mucho se ha discutido últimamente de los sueldos de los futbolistas, por ejemplo, en comparación con profesionales como los de la salud, cuyas condiciones laborales debieron esperar una pandemia para estar en el centro de la escena, al menos un momento. Aunque la realidad de la mayoría de los jugadores no es la que vemos a diario en los medios de comunicación. Gran parte de ellos está muy lejos de los contratos millonarios, las publicidades para grandes marcas o los autos lujosos, y muchos tienen otros trabajos para poder sobrevivirHace unos días, referentes de la Primera D del fútbol argentino – quinta categoría – sacaron a la luz las problemáticas de su división.

Las historias de vida, como las del ascenso, son miles, y una más interesante que la otra. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS – tiene millones de historias para analizar, y el fútbol es una de ellas. ¿Cómo era ser futbolista allí entre fines de los 70´y mediados de los 80´? Hovhannes Bleyan nos relata su carrera profesional .

Bleyan jugó en varios clubes, incluso en la selección nacional sub-17 y sub-20 de su Armenia natal. Sus recuerdos no son muy buenos, no por su rendimiento sino por el resultado. “Era casi imposible progresar. Había muchísimos arreglos, por plata o por contactos, era muy difícil jugar. A veces jugaba cada uno que no lo podías creer”. Y no solo eran conjeturas de él, sino que nos cuenta que una vez encaró a un técnico porque no podía creer ser suplente de alguien a quien consideraba muy inferior futbolísticamente. La respuesta del DT fue simple: “Yo sé que vos sos mucho mejor, pero tiene que jugar él”. Estos acomodos no son nada nuevo, aunque años atrás eran más comunes aún.

A medida que íbamos charlando, noté un dejo de arrepentimiento por haberse dedicado al fútbol. Al consultárselo me respondió: “La verdad que siento que fueron años tirados a la basura. No gané plata, me hice mala sangre y me lesioné muy feo de las dos piernas”. Y luego soltó un “ojalá yo hubiera nacido acá”, en alusión a que hubiera tenido más oportunidades.

Hovhannes comenzó a patear la número 5 desde muy chico. “Con 8 o 9 años jugaba torneos con gente de 30 que eran por plata, y les pegaba un baile”, nos cuenta entre risas, y agrega: “Era un delantero muy completo, tenía velocidad, potencia, le pegaba con las dos piernas y cabeceaba. ¿Podés creer que algunos me decían Pelé de apodo? Ja”. Su esposa Anna acota desde atrás: “Yo no sé mucho de fútbol, pero siempre que lo iba a ver hacía goles y todos hablaban bien de él, así que sé que era bueno”.

Otra piedra en el camino que dificultó su carrera fue el servicio militar, que hasta el día de hoy es obligatorio en Armenia al cumplir 18 y tiene una duración de 2 años. A Hovhannes le tocó servir en Siberia con un “frío terrible”, pero dice que gracias a que era futbolista la pasó un poco mejor que el resto, ya que formó parte del equipo del Ejército. Era lo mejor que le podía pasar, porque librarse del servicio militar era imposible, salvo que tuvieras contactos y mucho dinero: algo que sigue ocurriendo en la actualidad.

Bleyan, el segundo contando desde la derecha, en la fila de abajo, en el equipo del Ejército. Año 1976.

No todos pueden ser malos recuerdos. Cuando le consulté acerca de cosas positivas que haya sacado de su carrera, contó varias historias. Primero debemos adentrarnos en el contexto del fútbol en esa época. Había 4 categorías: la Primera División, conocida como Liga Suprema, donde jugaban todos los mejores equipos de la URSS, una Segunda División que se llamaba Primera Liga, la Segunda División Soviética y la Segunda B, después estaban los regionales, que eran los torneos de cada país. Los mejores de esa Primera División eran quienes clasificaban a la Copa de Europa, conocida como Champions League en la actualidad.

Tras su paso por el servicio militar, Bleyan jugó unos meses en el Karabakh Stepanakert, ahora llamado Lernayin Artsakh, de la Segunda División. De ahí pasó a uno de los equipos más importantes de Armenia que era el Shirak Gyumri, que participaba en la Primera Liga, lo que sería la categoría B de toda la URSS. Luego se fue al Navbahor Namangan de Uzbekistán. Este club militaba en la Segunda División, pero pagaba el doble y le habían dicho a Hovhannes que si andaba bien podía saltar al Pajtakor, también uzbeko, de la Liga Suprema. “Es una sensación inolvidable cuando más de 30 mil personas te aplauden y te ovacionan”, afirma el ex jugador. Y es que Bleyan fue el goleador de ese equipo.

Plantel del Shirak Gyumri. Año 1979. Bleyan es el tercero, contando desde la izquierda, de la fila de abajo.

Finalmente, su buen desempeño lo llevó al Pajtakor, el club más grande, por lejos, de su país. Necesitaban jugadores porque en agosto de 1979, a causa de un accidente aéreo, 17 de sus futbolistas habían fallecido. 171 víctimas fatales fue el saldo total de ese accidente. Sería su debut en la máxima categoría del fútbol soviético. Los países que estaban anexados a Rusia casi no tenían contacto con el resto del mundo, por lo que era muy difícil emigrar por fuera de la URSS y el éxito máximo era jugar en la Liga Suprema. El segundo encuentro oficial sería contra el poderoso CSKA de Moscú, siete veces campeón de la Primera División. La carrera de Bleyan parecía no tener techo, pero en ese mismo partido un golpe en su pierna derecha acabó por quebrársela y dejarlo varios meses en rehabilitación. “Venía tan bien y se desplomó todo”.

Cuando se recuperó jugó primero en el Kotayk y después en el Artashat. Ambas instituciones son armenias y disputaban la Primera Liga. El rendimiento de Bleyan en el Artashat fue tan bueno que lo empezaron a contactar desde el Ararat, el equipo más importante de Armenia y el único de su país en salir campeón de la Liga Suprema. El sol parecía volver a salir, pero todo se vendría abajo, y nuevamente ante el mismo rival. En un amistoso ante el CSKA de Moscú, Hovhannes sufrió un duro golpe que produjo una grave fractura de su dedo gordo del pie derecho, lesión que lo dejó varios meses inactivo nuevamente. “Me pisaron muy feo y el árbitro cobró penal. Ya sentía que me había lastimado pero pateé igual y lo metí. El dolor fue terrible”.

Plantel del Artashat, año 1983. Bleyan es el tercero, contando desde la izquierda, de la fila de abajo.

Hovhannes lamenta lo ocurrido porque el Ararat era un equipo muy fuerte. Por ejemplo, en la Copa de Europa 74/75 quedó afuera en cuartos de final contra el todopoderoso Bayern Múnich de Gerd Müller, Franz Beckenbauer y Karl-Heinz Rummenigge, entre otras estrellas, con un global de 2 a 1 nada más, y según Bleyan “en Alemania el árbitro los ayudó bastante”. Esa serie fue 2 a 0 a favor de los alemanes en Múnich, y aunque los armenios vencieron por 1 a 0 en la vuelta en Ereván no fue suficiente para avanzar a las semifinales. Precisamente fueron los bávaros quienes se alzaron con el título de campeones de Europa esa temporada.

Goles de los partidos de ida y vuelta entre el Ararat y el Bayern correspondientes a los cuartos de final de la Copa de Europa 1974/75.

Se nota la cara de tristeza y la bronca e impotencia del protagonista al contar todo esto, que no solo queda en gestos sino que lo transmite en palabras: “Tuve muy mala suerte y la verdad que en ese momento se jugaba con un poco de mala leche, se pegaba mucho. Ahora se cuida más a los jugadores, ningún árbitro permitiría que se juegue tan brusco”. Hovhannes nos dice que nadie le pagó nunca un tratamiento y los clubes no le pagaban el sueldo mientras estaba lesionado. Cabe destacar que, por ese entonces y a diferencia de hoy, los contratos no le exigían nada de esto a las instituciones. Además, en esa época la medicina no estaba tan avanzada y los tratamientos eran mucho más largos.

Tras esta nueva lesión Bleyan se retiró. ¿Cómo que se retiró tan joven? ¿Por qué? Encontró un trabajo que le dejaba mucho más dinero: arreglaba videocaseteras con un amigo. Cuando me contó esto comenzamos a reírnos. ¿Se imaginan un jugador de Primera División o del Nacional B que se retire en estas condiciones? El dinero le venía bien para ayudar a sus 6 hermanos, a su mamá, quien los tuvo que criar a todos prácticamente sola porque el padre había fallecido joven, y también a su esposa. “En general – jugando al fútbol – ganaba un poco más que un sueldo normal, aunque en el único lugar en donde pude haber hecho la diferencia económica fue en el Pajtakor, pero me rompieron“.

Publicado por: Vardan Bleyan

Dolar Hoy

Seguí leyendo

Alexander Medina deja de ser el DT de Vélez

Luego del triunfo agónico de Boca Frente a Vélez en Liniers, el cacique Medina ha renunciado a la dirección técnica del fortín “Quería informarles, para

Siguenos